Pensándolo bien, no es que haya cambiado de opinión, ya que nunca defendí la idea de la Navidad, ni tampoco la ataqué. En relación con ella y mi niñez, lo único que recuerdo es que ese día solía pasarlo en la cama, siempre me enfermaba ese día y no sé a qué achacarlo.

Lo que sí fue cambiando con el correr del tiempo, y hace unos veinte años –de repente– en el abarrotado mercado navideño de la Plaza Mayor de Madrid, es mi percepción de esta fiesta, al menos en el Occidente llamado cristiano. El 12.12.2008, hace ya de esto 15 años, publiqué en estas mismas páginas una columna acerca del tema. Dejé dicho allí que en ese mercado navideño, una y otra vez me venía al pensamiento el chiste gráfico irlandés con Jesús caído con la cruz a cuestas camino del Calvario y mirando perplejo a un grupo de enmascarados que lo encañona con metralletas y le apremia: “¿Católico o protestante?” Paradójicamente, su salvación en el chiste quizás hubiera dependido de que contestase la verdad: “Judío”.

Entiendo que debemos repensar nuestras circunstancias haciendo borrón y cuenta nueva con lo que se murió y parece que sigue vivo por inercia. Pondré el ejemplo de Argentina: tengo buenos y queridos amigos, con el corazón en su sitio (supongo que saben que es el izquierdo), y que votaron por Milei, pero no porque Milei les convenciera de nada, algunos incluso sabían a lo que se exponían

Y entonces, se preguntarán ustedes, ¿por qué votaron por él? Sencillamente porque estaban hartos de la cleptocracia disfrazada de peronismo, de partido político, y tal vez porque no les importaba que sigan robando al país (aunque ¿les queda todavía tanto que se pueda robar?), pero que al menos cambiasen las caras. Seguro que conocen la fórmula del Gatopardo: todo tiene que cambiar para que todo siga igual.

Y en ese orden de cosas, no entiendo cómo es que para celebrar el nacimiento de

un niño que vino al mundo pobre de solemnidad, y que cuando adulto predicó una doctrina de renunciamiento y apartarse de los bienes terrenales, millones de personas en el mundo entero gastan a manos llenas hasta un dinero que no tienen, en honor de Mercurio, el dios griego del comercio.

Cada vez que vuelven estos últimos días del calendario me siento compulsivamente motivado a pedir que olvidemos de una vez para siempre la entretanto hipócrita fundamentación de los festejos. A pedir a quienes corresponda que tengan el coraje civil de rebautizar la fecha y no llamarla más Navidad sino Día Internacional del Regalo. El Uruguay dio un ejemplo soberano hace ya más de un siglo, cuando las leyes sociales del presidente Batlle y Ordóñez convirtieron la Semana Santa en la Semana de Turismo.

* Invitamos a nuestros columnistas a contarnos de las ideas que defendieron y que, ahora, perciben de manera diferente.

QOSHE - Cambié de opinión… hace tiempo sobre la llamada Navidad - Ricardo Bada
menu_open
Columnists Actual . Favourites . Archive
We use cookies to provide some features and experiences in QOSHE

More information  .  Close
Aa Aa Aa
- A +

Cambié de opinión… hace tiempo sobre la llamada Navidad

5 1
23.12.2023

Pensándolo bien, no es que haya cambiado de opinión, ya que nunca defendí la idea de la Navidad, ni tampoco la ataqué. En relación con ella y mi niñez, lo único que recuerdo es que ese día solía pasarlo en la cama, siempre me enfermaba ese día y no sé a qué achacarlo.

Lo que sí fue cambiando con el correr del tiempo, y hace unos veinte años –de repente– en el abarrotado mercado navideño de la Plaza Mayor de Madrid, es mi percepción de esta fiesta, al menos en el Occidente llamado cristiano. El 12.12.2008, hace ya de esto 15 años, publiqué en estas mismas páginas una columna acerca del tema. Dejé dicho allí que en ese mercado navideño, una y otra vez me venía al pensamiento el chiste gráfico........

© El Espectador


Get it on Google Play