Es como un caucho. Eso tiene el poder en estas tierras macondianas. Se estira tanto que cuando quiere recobrar su punto de origen tiende a irse al extremo contrario y con la misma fuerza. Tanto lo tensó el desgobierno anterior, que llevó a la izquierda al Poder. Tan tirante puede llegar a estar en los próximos meses que puede llevar a la oscura noche del neopopulismo de odio de las derechas insaciables.

En eso nos hemos pasado estos 205 años: luchas fratricidas entre sectas, fragmentos partidistas y grupos incendiarios, en medio de lemas, arengas, banderitas reusadas. Especialmente, el asombro de la mayoría de ciudadanos que no comulgan con esos credos y que confiesan no tener fe en las opciones extremas; que no marcharon el domingo y no marcharán en ocho días, porque no forman parte, y ese debe ser su pecado, del ‘adversarismo’ nacional, de esa enemistad renovada que nos empuja abismo abajo.

¿Qué será, en ese vaivén, de esa franja de colombianos que son conscientes que se necesitan reformas, pero no así, contra viento y marea? Que creen en el diálogo y acuerdos, pero no así, como a migajas para que nadie cambie; que respetan la constitución y las leyes, pero no así, interpretadas para beneficio de unos pocos. Que trabajan cada día sin el velado interés de un futuro puesto oficial o un contrato inminente. Que callan, no porque no tengan voz, sino porque el estruendo de la rabia general no los deja hablar… Los que no andan maquillados, disfrazados o desfigurados según las circunstancias, los que no se adaptan a tener solo dos alternativas. Los que no quieren hacerle el juego ni “a lo voceros del sistema ni a los izquierdistas de pacotilla”, como los llamaba indignado García Márquez.

En una cosa tiene razón Petro: el pasado de mafiosos no puede volver. En una cosa tienen razón los analistas no fletados: el gobierno no puede tener oídos sordos.

Falta por escuchar a la –esa sí– verdadera mayoría ciudadana no alineada y no interpretada: la del sentido común, como cantaba Rubén Blades. Tarea pendiente de medios y encuestadoras. ¿Quién lo pone el cascabel a ese gato?

@marioemorales

QOSHE - La franja del sentido común - Mario Morales
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La franja del sentido común

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24.04.2024

Es como un caucho. Eso tiene el poder en estas tierras macondianas. Se estira tanto que cuando quiere recobrar su punto de origen tiende a irse al extremo contrario y con la misma fuerza. Tanto lo tensó el desgobierno anterior, que llevó a la izquierda al Poder. Tan tirante puede llegar a estar en los próximos meses que puede llevar a la oscura noche del neopopulismo de odio de las derechas insaciables.

En eso nos hemos pasado estos 205 años: luchas fratricidas entre sectas, fragmentos partidistas y grupos incendiarios, en medio de........

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