De nuevo se pregunta Juan Gabriel Vásquez por la naturaleza de la novela; se pregunta qué es o qué puede ser todo aquello un tanto heterogéneo y vasto que cae dentro del nombre genérico de novela. Y dilucida la cuestión en las páginas finales del libro en las que llega a una conclusión contraintuitiva y en cierto modo inesperada: Volver la vista atrás —nos dice— es una novela, aun sin tener episodios imaginarios. Ford Madox Ford viene en su ayuda, en el epígrafe y en el epílogo de la obra, para explicar esta paradoja aparente: «Según nuestra visión del asunto, una novela debería ser la biografía de un hombre o un caso, y toda biografía de un hombre o un caso debería ser una novela, siendo ambas, si se ejecutan de manera eficiente, interpretaciones de tales casos como son las vidas humanas».

De modo que no es una novela porque lo allí narrado sea ficción, sino porque podría serlo. Un poco a la manera de lo que en América llamaron los novelistas realismo mágico o lo real maravilloso en donde se retrataba una realidad que —con sus tonos abigarrados, sus extravagancias y sus personajes desaforados— era cierta, pero parecía imaginaria, maravillosa.

Pues bien, en esa clave se narra la biografía de Sergio Cabrera, personaje principal de Volver la vista atrás. El libro narra la historia de su familia desde el exilio que sufrieron sus ancestros en tiempos de la Guerra Civil Española hasta el momento en el que decide dejar la insurgencia para matricularse en una academia de cine.

Fueron más de treinta horas de conversaciones grabadas durante siete años de encuentros las que sirvieron de base para la construcción de la trama. De esas charlas extrajo Juan Gabriel Vásquez su material para redactar esta biografía novelada o esta novela biografiada. Siguiendo el postulado de Ford Madox Ford, el papel del novelista sería el de darle al relato un orden y una legitimidad a los acontecimientos, al compás de una narración justa; de ese modo entra lo novelístico en lo biográfico y de esta manera el autor novela aun si no ficciona. Y en este caso lo logra Juan Gabriel Vásquez de manera admirable.

El libro comienza a narrarse en un viaje que organizara Sergio Cabrera para asistir a la retrospectiva que la Filmoteca de Cataluña había organizado en el año 2016 sobre su trabajo cinematográfico. En casi quinientas páginas narra Juan Gabriel Vásquez la vida sorprendente y asombrosa de Sergio Cabrera, llena de altibajos, de peripecias, de encuentros y desencuentros, logrando lo que el autor se había trazado como objetivo: escribir una biografía que parezca una novela.

Traigo hoy a colación este libro inquietante porque hace treinta años Cabrera estrenaba su película más recordada y sin duda uno de sus filmes más logrados: La estrategia del caracol. Una obra que terminó por convertirse en un ícono emocional de todos los colombianos y que hoy es patrimonio cultural de la Nación. Y, aunque todo esto se sabe, es justo recordarlo.

@D_Zuloaga

juandavidzuloaga@yahoo.com

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Volver la vista atrás

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07.12.2023

De nuevo se pregunta Juan Gabriel Vásquez por la naturaleza de la novela; se pregunta qué es o qué puede ser todo aquello un tanto heterogéneo y vasto que cae dentro del nombre genérico de novela. Y dilucida la cuestión en las páginas finales del libro en las que llega a una conclusión contraintuitiva y en cierto modo inesperada: Volver la vista atrás —nos dice— es una novela, aun sin tener episodios imaginarios. Ford Madox Ford viene en su ayuda, en el epígrafe y en el epílogo de la obra, para explicar esta paradoja aparente: «Según nuestra visión del asunto, una novela debería ser la biografía de un hombre o un caso, y toda biografía de un hombre o un caso debería ser una novela, siendo ambas, si se ejecutan de manera eficiente,........

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