¿Ustedes se imaginan la violencia que se desataría en Colombia si al presidente Petro, como pedían muchos de los que protestaron el domingo pasado, no lo dejaran terminar su mandato? ¿Ustedes han pensado en el riesgo en el que se pondrían las instituciones y la civilidad?

¿Eso es lo que están pidiendo muchos de los que no quieren al presidente? Es decir, ¿le volvemos la espalda al Estado de Derecho, a las instituciones y al régimen constitucional? Petro fue elegido por más de 11 millones de personas y es el presidente constitucional de la nación, ¿ignoramos ese hecho? Petro debe gobernar cuatro años.

A mí me parece muy bien que hayan podido salir a las calles miles de personas en todas las ciudades colombianas. En Venezuela las hubieran metido a la cárcel y las hubieran “desaparecido”. Lo mismo en Nicaragua, en Cuba y en El Salvador. Lo mismo en Rusia, China o Irán. Aquí, no. Aquí todo el mundo puede marchar. La Constitución y las leyes nos lo permiten. Y este Gobierno ha respetado ese derecho. Lo que está bien, porque representa la garantía de la civilidad. Nada menos.

Pero además, ¿qué pasa con los 11 millones de colombianos y colombianas que votaron por el presidente Petro? Digo, cuando alguien grita: “¡fuera Petro!”, ¿qué noción tiene de esos 11 millones de votantes y de sus derechos políticos? O, llevado por sus fobias, ¿eso le importa un rábano y lo único que considera aceptable es que tumben al presidente que detesta?

Al presidente Petro hay que juzgarlo por sus actos de gobierno y por sus ejecutorias. Desde todos los estamentos y niveles de la sociedad. Hay que señalar, con toda severidad, cuando se ha equivocado. Es más, si dentro del Estado de Derecho hubiera razones para iniciar procedimientos jurídicos en su contra, hay que dejar que las instituciones lo hagan. Ese es el sistema que hemos tratado de defender desde que se fue el último español y empezamos nuestra vida republicana. ¡Y vaya que nos ha costado sangre! Defender la civilidad y el Estado de Derecho nos ha costado sangre.

Y ambos valen un potosí en este momento en el que hay tanta violencia en toda Colombia y la sociedad y el mismo Estado están bajo amenaza todos los días. Lo único que nos queda es el orden constitucional y las leyes. Son la garantía de que la civilidad debe estar en el centro de cualquier manera de concebirnos como nación.

Las marchas del domingo pasado tienen un lugar muy importante en la democracia. Fueron multitudinarias y eso tiene un gran significado político. En verdad hay problemas muy graves del país, que el Gobierno no parece estar siendo capaz de solucionar. Eso justifica que la gente se exprese y proteste. Pero el que se inventó el slogan de “fuera, Petro” les está haciendo un daño muy grande. Las deslegitima porque las vuelve un mecanismo de cancelación y de invisibilización de los derechos de millones de personas. Y eso sin duda promueve la discordia y la violencia.

QOSHE - ¿Cómo así que “fuera Petro”? - Gonzalo Mallarino Flórez
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¿Cómo así que “fuera Petro”?

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24.04.2024

¿Ustedes se imaginan la violencia que se desataría en Colombia si al presidente Petro, como pedían muchos de los que protestaron el domingo pasado, no lo dejaran terminar su mandato? ¿Ustedes han pensado en el riesgo en el que se pondrían las instituciones y la civilidad?

¿Eso es lo que están pidiendo muchos de los que no quieren al presidente? Es decir, ¿le volvemos la espalda al Estado de Derecho, a las instituciones y al régimen constitucional? Petro fue elegido por más de 11 millones de personas y es el presidente constitucional de la nación, ¿ignoramos ese hecho? Petro debe gobernar cuatro años.

A mí me parece muy bien que hayan podido salir a las calles miles de personas en todas las ciudades colombianas. En........

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