Esta semana, la relatora especial de la Organización de Naciones Unidas (ONU), Margaret Satterthwaite, señaló las deficiencias del sistema judicial boliviano, advirtiendo que la extensión del mandato de los magistrados y la falta de una fecha definida para las elecciones judiciales podrían “socavar la independencia del Poder Judicial en el país”. Resulta curioso que el embajador boliviano ante la OEA, Héctor Arce Zaconeta, y no el embajador ante la ONU, Diego Pary, haya sido el encargado de abordar este asunto, lo cual contradice el protocolo formal necesario.

Si el embajador Pary no pudo hacer frente a este tema tan importante, la embajadora boliviana ante Organismos Internacionales, Maira Macdonal, con sede en Ginebra, bien podría haber intervenido, ya que se encuentra en proximidad con la Relatoría de la ONU y el asunto también le compete. Sin embargo, al parecer, ella tampoco estaba disponible.

La ausencia de Diego Pary, según el diputado y exvicecanciller Gustavo Aliaga, pone de manifiesto la fragilidad de la diplomacia boliviana y sugiere que Pary está al margen de las decisiones políticas, por la división del MAS, afectando así su papel en el ámbito diplomático internacional.

Pary ocupó el cargo de canciller durante el gobierno de Evo Morales, sucediendo a David Choquehuanca y Fernando Huanacuni. Estos tres representantes promovieron la llamada “diplomacia de los pueblos”, caracterizada por un sesgo ideológico, como la defensa de la hoja de coca, en lugar de fortalecer relaciones internacionales con un enfoque pragmático. Esta política exterior ideologizada ha contribuido en parte a los resultados adversos para Bolivia, como el fallo de la Corte en La Haya que sepultó la causa marítima boliviana.

En la misma línea, Pary, ahora embajador ante la ONU, ha mantenido ciertas tendencias ideológicas, como el rompimiento de relaciones diplomáticas con Israel en solidaridad con Palestina. Mientras tanto, la actual canciller Celinda Sosa parece seguir esta política de alineamiento con países y bloques de ideologías afines al gobierno boliviano.

Recientemente, el embajador Pary estuvo en Uganda participando en la reunión de Países No Alineados junto a la canciller Sosa, lo que pudo haber afectado su capacidad para abordar el asunto de la ONU, que está bajo su competencia.

Las designaciones cuestionables no son una novedad. Cabe recordar que la canciller Celinda Sosa reemplazó a Rogelio Mayta, quien pasó desapercibido en esas funciones. A pesar de ello, Mayta sigue en la estructura diplomática del Gobierno de Arce al haber sido designado como magistrado del Tribunal de Justicia de la Comunidad Andina, generando críticas sobre el enfoque que adoptará en este bloque económico regional, de suma importancia para Bolivia.

En el ámbito político, surge la incertidumbre sobre si los representantes, desde Arce Zaconeta hasta Pary, todos excolaboradores de Evo Morales, podrán desempeñar eficazmente sus cargos o si se verán afectados por la división interna del partido gobernante. La falta de confianza en estos representantes podría debilitar aún más la muy discreta diplomacia boliviana, caracterizada por un sesgo ideológico pronunciado.

Es evidente que se necesita un cambio de enfoque en las relaciones exteriores de Bolivia. Designar diplomáticos de carrera con la formación adecuada sería un primer paso para asegurar una representación efectiva de los intereses de Bolivia ante la comunidad internacional.


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La discreta diplomacia boliviana ante la ONU

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27.01.2024



Esta semana, la relatora especial de la Organización de Naciones Unidas (ONU), Margaret Satterthwaite, señaló las deficiencias del sistema judicial boliviano, advirtiendo que la extensión del mandato de los magistrados y la falta de una fecha definida para las elecciones judiciales podrían “socavar la independencia del Poder Judicial en el país”. Resulta curioso que el embajador boliviano ante la OEA, Héctor Arce Zaconeta, y no el embajador ante la ONU, Diego Pary, haya sido el encargado de abordar este asunto, lo cual contradice el protocolo formal necesario.

Si el embajador Pary no pudo hacer frente a este tema tan importante, la embajadora boliviana ante Organismos Internacionales, Maira Macdonal, con sede en Ginebra, bien podría haber intervenido, ya que se encuentra en proximidad con la Relatoría de la ONU y el asunto también le compete. Sin embargo,........

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