Toca celebrar, a una semana vista, la Nochebuena y puesto que aquello que llamamos Navidad, es decir: compras compulsivas, multitudes que llenan las calles de ciudades que compiten entre sí para ver dónde hay led o quién monta el árbol más grande o quién pone la pista de patinaje más larga aunque la temperatura no baje de los veinte grados, y todo eso que anunciamos desde el mes de octubre, pues eso parece ser la Navidad en 2023, no me lo nieguen ustedes. Por todo ello y dado que difícilmente alguien me dirá que celebramos el solsticio de invierno, como lo celebraban los romanos en su imperio, y que por eso los cristianos decidieron poner la fecha de nacimiento de su dios en esa fecha y con ello sustituir una fiesta pagana por la propia y llenarnos de bendiciones y parabienes y deseos de amor, felicidad y paz; pues por todo ello, yo diría que no somos conscientes de que estamos en guerra.

El estamos lo conjugo para Europa, y claro mientras España pertenezca a la Unión Europea, les aseguro que nos encontramos metidos en varios conflictos bélicos. Cierto es que no vemos mucho derramamiento de sangre propia pues Europa no pone muertos, ni España, o casi. Hace unos días se informó de que un voluntario español que luchaba en una Legión Extranjera (un nombre con muchas connotaciones históricas) contra la invasión rusa de Ucrania había fallecido en combate. Estamos en guerra, pues. Otros dos españoles murieron por el ataque terrorista de Hamás a Israel, en este caso podemos considerar que son víctimas civiles de una guerra en la que España, bueno el llamado gobierno, no tiene muy claro a quien quiere defender o de qué lado lucha.

Incluso en el caso de la guerra entre Ucrania y Rusia tampoco la cuestión está muy decidida. Seguimos comprando bajo cuerda productos energéticos a Rusia o seguimos mandando dinero a empresas de oligarcas rusos que, en su entramado de poder, gestionan equipos deportivos a los que les fichan jugadores y al final el dinero llega a un país con el que se supone no se pueden hacer negocios; pero ya saben no es cosa de pasar frío ni de fastidiar el circo del fútbol u otros entretenimientos con los que pasar la navidad deseándonos amor, felicidad y paz.

Pues, desengáñense, la paz es una ilusión que tenemos mientras no somos conscientes de los cientos de cadáveres que se quedan en nuestras costas intentando alcanzar las luces de felicidad, boato y derroche que tanto vendemos a las gentes del otro lado del Estrecho de Gibraltar, sin ir mucho más lejos. Mientras, entonamos el ‘Noche de Paz’. Vale.

QOSHE - Navidad: estamos en Guerra - Francisco González García
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Navidad: estamos en Guerra

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17.12.2023

Toca celebrar, a una semana vista, la Nochebuena y puesto que aquello que llamamos Navidad, es decir: compras compulsivas, multitudes que llenan las calles de ciudades que compiten entre sí para ver dónde hay led o quién monta el árbol más grande o quién pone la pista de patinaje más larga aunque la temperatura no baje de los veinte grados, y todo eso que anunciamos desde el mes de octubre, pues eso parece ser la Navidad en 2023, no me lo nieguen ustedes. Por todo ello y dado que difícilmente alguien me dirá que celebramos el solsticio de invierno, como lo celebraban los romanos en su imperio, y que por eso los cristianos decidieron........

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