Hoy me pongo en modo «Indiana Jones» para compartir contigo un descubrimiento que vale millones... Se trata de un tesoro humano que viene de la mano de alguien cercano: mi vecino Jose Manuel de Castro (¡eres estupendo, Pepe!). El bueno de Pepe ha tenido la oportunidad de disfrutar ya de 82 primaveras (¡y las que le quedan!), nos solemos encontrar mientras paseo a Atila (mi cariñoso Pastor Alemán de pelo largo) al que él siempre se acerca con añoranza, le recuerda mucho a su querido Teddy (creo que Atila lo sabe y por eso se sienta frente a él y casi que le habla con su perruna mirada).

Hace unas semanas, durante una de nuestras «charlas caninas», Pepe me sorprendió con un inesperado presente: sus memorias. Con curiosidad y sorpresa cogí aquel manuscrito entre mis manos, pensando «¿qué esconderían aquellas páginas?», inmediatamente me invadió una importante sensación de gratitud: mi vecino estaba teniendo un valioso gesto de confianza hacia a mí al poner, casi literalemente, su vida entre mis manos, ¡hace falta ser valiente para hacer eso! Pepe lo es. Con ese sencillo gesto, sin necesidad de usar palabras, me estaba diciendo que valoraba mi opinión y, casi sin darse cuenta, me estaba haciendo un regalo... Ya sabes lo que dicen: «la experiencia es la madre de la ciencia» pues... ¡Pepe debe de ser el padre! porque experiencia «tiene un rato» y de la experiencia se puede aprender mucho, ¡muchísimo!, vivir momentos muy gratos y en eso ¡nuestros mayores son los mejores! Nutrirnos de su inagotable capital cognitivo nos hará sentirnos más que vivos y sobre todo, nos daremos cuenta de que la vida se conjuga mejor en gerundio: VIVIENDO, justamente, eso es lo que ellos han estado haciendo.

Así que me puse mi sombrero de «exploradora vital», entré en modo «Indiana Jones», llegué a mi casa y al calor de la manta, me dispuse a leer «Memorias de un A.T.S.D.U.E. Enfermero sevillano jubilado», ¡cuánto disfruté con la lectura! quedaba claro con cada reglón que a Pepe le abrigaban el corazón un sinfín de anécdotas...

Según iba pasando las páginas, el tesoro humano se iba revelando... ¡No sabía que saliste en la película Lawrence de Arabia, Pepe! ni tampoco que te encantaba el teatro, que fuiste piloto, que un día «tomaste prestada» una bici para llegar a tiempo a hacer un examen y llevabas tal velocidad que ¡parecía que ibas en moto! Cuantas revelaciones... También desconocía tu faceta creativa, esa tarjeta de visita en la que te describes como «El Rey de los pinchazos» me parece sencillamente genial.

¿Os dáis cuenta? Si dedicas el tiempo y el cariño necesarios, tendrás la oportunidad de descubrir los miles de escenarios que habitan en los maestros del vivir: nuestros mayores, ¡los mejores! (enhorabuena Pepe).

QOSHE - Las memorias de Pepe - María Graciani
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Las memorias de Pepe

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03.12.2023

Hoy me pongo en modo «Indiana Jones» para compartir contigo un descubrimiento que vale millones... Se trata de un tesoro humano que viene de la mano de alguien cercano: mi vecino Jose Manuel de Castro (¡eres estupendo, Pepe!). El bueno de Pepe ha tenido la oportunidad de disfrutar ya de 82 primaveras (¡y las que le quedan!), nos solemos encontrar mientras paseo a Atila (mi cariñoso Pastor Alemán de pelo largo) al que él siempre se acerca con añoranza, le recuerda mucho a su querido Teddy (creo que Atila lo sabe y por eso se sienta frente a él y casi que le habla con su perruna mirada).

Hace unas semanas, durante una de nuestras «charlas caninas», Pepe me sorprendió con un........

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