Los planes del Ministerio de Transportes para la red ferroviaria de ancho métrico son ilusionantes, como casi siempre. En 2024 piensan realizar dieciséis contratos de obra, con un importe que roza los 300 millones de euros. Con otros cuatro años así, el Plan de Cercanías estará próximo a quedar enteramente ejecutado. La experiencia enseña que en el ministerio son más proclives a realizar estudios y proyectos que a ejecutar las obras, en caso contrario no se explicaría que el plan tuviese una temporalidad de ocho años (2017-2024) y que, en vez de estar las actuaciones acabadas, la mayor parte de ellas todavía no se hayan iniciado.

El Plan de Cercanías para Asturias es muy importante porque servirá para mejorar la comunicación en el área central de la región, en una época en que reducir la emisión de gases de efecto invernadero es un imperativo. Ahora bien, tenemos que poner nuestras aspiraciones en un contexto más amplio que no es otro que el territorio donde opera el Ministerio de Transportes. En el conjunto nacional la red de ancho métrico juega un papel marginal. De los casi 16.000 kilómetros que se pueden recorrer por ferrocarril en España, sólo 1.200 corresponden a la red de ancho métrico. El 39% de esta red está ubicada en Asturias. Del resto, la inmensa mayoría está en el norte. Es decir, todo el interés estratégico que tiene el antiguo ferrocarril de Feve para nuestra región, se convierte en indiferencia cuando pensamos en términos nacionales. En las mismas comunidades autónomas donde hay más kilómetros de ancho métrico, la inmensa mayoría de los desplazamientos se hacen por otros medios. A la deriva empresarial que llevó a perder viajeros a chorro, se sumó en los últimos 25 años la prioridad dada por los sucesivos gobiernos de España a la inversión en la red de alta velocidad (tres veces más extensa que la de ancho métrico).

Si tenemos en cuenta lo anterior se entiende mejor lo que ocurre con nuestro Plan de Cercanías. La línea Gijón-Laviana fue la que hasta ahora concentró más trabajos. Se espera acabar la primera fase este año o el que viene. A día de hoy, tras invertir 50 millones en la citada línea, el viaje de Gijón a Laviana es aún más lento, porque el nuevo sistema digital de señales y el frenado automático no están coordinados con las estaciones y los trenes tienen que ir más despacio. Sitios por donde iba el tren a 90 o 100 kilómetros por hora, ahora va a 60. Google dice que el viaje en coche se hace en 33 minutos, en autobús en 64 minutos, y en tren, en hora y media. ¿Cuál utilizaría usted?