Ninguno de los planes aprobados, incluido el de Asturias, se ha puesto en marcha mientras sigue cerrando producciones

JOSÉ MARÍA URBANO

ArcelorMittal no toma decisiones sobre proyectos de descarbonización que tiene aprobados, como por ejemplo el de Asturias, porque cada día tiene más dudas sobre el futuro de la siderurgia en Europa frente a las oportunidades que se han abierto en países como Estados Unidos, Canadá, India o Brasil. Eso explicaría que ninguno de los planes para los que ya ha obtenido fondos (prácticamente todos iguales, una planta de DRI y un horno de arco eléctrico), no pasen de la fase de ingeniería, como está sucediendo en Francia (Dunkerque) y Bélgica (Gante), mientras que el de España (Gijón) va más retrasado pese a ser el primero en presentarse (13 de julio de 2021). La diferencia está en que en Canadá, que se hizo público solo diecisiete días después del de Asturias, ya han empezado las obras.

Factoría de Arcelor de Dofasco, en Canadá, en la que ya ha comenzado las obras de la planta de DRI. AFP

No hay reproches por parte de la multinacional hacia gobiernos como el de España, que en abril de este año aprobó la subvención de 450 millones de euros, previo visto bueno de la Comisión Europea (Alemania, por ejemplo, todavía no lo ha obtenido). El problema está en los condicionantes de Europa referidos a una excesiva regulación, tramitaciones burocráticas o exigencias medioambientales. Y mientras tanto, el mercado sigue inundado de acero extracomunitario, de Turquía principalmente, con un ajuste en frontera solicitado hace años por las empresas y que todavía no será efectivo hasta 2026.

A todo esto habrá que añadir la incertidumbre de la economía global, con una disminución del mercado siderúrgico europeo, aumento de los precios de la energía, costes de producción, la inflación y el dinero más caro, con tipos de interés en la Eurozona del 4-4,50%. La paralización de la planta de ArcelorMittal en Bosnia es el último ejemplo de ese ambiente depresivo.

Internamente, ArcelorMittal hace números para saber si va a recuperar la inversión. Cuenta con la ayuda de los gobiernos como el de España -empieza a haber un problema de plazos, con la amenaza comunitaria de que si no se cumplen tendría que devolver el dinero-, pero su análisis para la toma de decisiones va más allá, con dos variables claves: costes y mercado. Y además en España, un plan social sin aprobar.

Respecto al mercado, no hay dudas. Europa en este momento está muy por detrás de Estados Unidos, Canadá, India o Brasil, con un previsible crecimiento potencial de sus economías muy superior al europeo y en algunos casos sin las exigencias medioambientales de aquí, por no hablar de otras cuestiones como la cesión de terrenos, salarios, más facilidades administrativas… Y lo mismo sucede con los llamados costes asociados a la inversión. Y ahí entran, y más en el caso de nuestro país, los precios de la energía, compensaciones por el CO2, la incertidumbre que se ha generado sobre el hidrógeno, que era una de las claves en España, por ejemplo, y que va camino de retrasarse bastante más de lo previsto sin que se tengan claras las ayudas o subvenciones que se puedan otorgar, como está haciendo ya Estados Unidos, que paga tres dólares por kilo de hidrógeno limpio producido durante diez años.

Y finalmente, por hacer referencia solo a algunos de los aspectos claves que son tenidos en cuenta para decidir sobre las inversiones, hay un plan social que no está aprobado en el caso de España. Hay negociaciones avanzadas, pese a que cuentan con el hándicap de solaparse con la negociación del convenio colectivo, pero el mensaje de los sindicatos es claro: «no me pida que firme un plan social -que en los grandes números habla de 900 excedentes en Asturias- si antes no presenta su plan industrial».

Fuera de la multinacional, algunas fuentes consultadas para este informe han aventurado que «ArcelorMittal no va a hacer ningún DRI en Europa, se asegurará el suministro desde Brasil o Canadá y aquí operará directamente con las líneas acabadoras». Eso lo sabe la multinacional, y de hecho en algunas circunstancias ya lo ha hecho, pero también es consciente de que esa decisión costaría miles de puestos de trabajo en la industria europea, un coste que no estaría dispuesta a asumir.

Mientras tanto, en el Gobierno de Madrid hay signos notables de impaciencia. Se esgrime que la apuesta ha sido clara desde el principio con esos 450 millones y que lo que hace falta es que ArcelorMittal comience ya a ejecutar el proyecto. Y a partir de ahí se irán acompasando las ayudas, con un horizonte de precios más bajos de la electricidad gracias a la apuesta por las energías renovables y el hidrógeno. Y con fórmulas que ayudarán en ese recorrido, como las adoptadas por la propia UE el 17 de octubre pasado sobre la reforma del mercado eléctrico, con dos tipos de contrato a largo plazo: los PPA, acuerdo entre productor y cliente sobre precio fijo y plazos, y los contratos por diferencias compensatorias (CFD), en las que el Estado compensa al productor por el déficit que se origine en el precio de referencia que se haya marcado, y al revés, si ese precio de referencia sube, la diferencia la pagará el productor. Con todo, el mensaje del Gobierno es claro: se necesita que ArcelorMittal apruebe ya la ejecución del proyecto de Asturias.

La UE se enfrenta a la competencia ejercida por determinados países que se han sumado a la ola de proteccionismo generada por la epidemia de la covid y posteriormente por la guerra de Ucrania, y ahora la de Israel en Gaza.

Del ‘Made in USA’ a la Ley de Reducción de la Inflación (IRA). 400.000 millones de dólares en subvenciones a tecnología verde. 7.000 millones para siete centros regionales de hidrógeno. Subvención de 3 dólares por kilo de hidrógeno limpio en diez años, sin límite presupuestario. Objetivo: llegar a un coste de fabricación de 1 dólar por kilo de hidrógeno en 2030.

ArcelorMittal plantea un proyecto de descarbonización en Ontario por 1.300 millones de euros. En construcción. Canadá es líder mundial en incentivos en la energía verde, con respaldos económicos de hasta un 50%. Desgravación fiscal de hasta un 30% hasta 2034. Créditos fiscales de hasta un 40% en hidrógeno verde. Construcción de cuatro nuevos reactores nucleares en Ontario.

Crecimiento de consumo de acero hasta 2024 de un 7%. Calcula una producción de acero de 128 millones de toneladas/año. (La capacidad de producción de ArcelorMittal en 2022 fue de 82,1 millones de toneladas en los 60 países en los que tiene presencia). Tercera economía de Asia, segundo mayor productor mundial de acero bruto tras China, mayor productor de DRI, cuarto mayor productor de mineral de hierro del mundo. Tercer país con mayor consumo de hidrógeno (gris). ArcelorMittal y Nippon Steel (AMNS India Ltd.) pasarán en su planta de Hazira de una producción de 9 millones de toneladas a 15 millones, creando 60.000 puestos de trabajo.

ArcelorMittal compró este año CSP, referente mundial en desbastes de alta calidad. En octubre firmó con EdP un memorando para un proyecto de hidrógeno verde. En Tubarao produce 7,5 millones de toneladas de acero con 5.000 trabajadores.

Publicado en El Comercio-La Voz de Avilés el 19 de noviembre de 2023

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Aumentan las dudas de ArcelorMittal sobre los proyectos previstos en Europa

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20.11.2023

Ninguno de los planes aprobados, incluido el de Asturias, se ha puesto en marcha mientras sigue cerrando producciones

JOSÉ MARÍA URBANO

ArcelorMittal no toma decisiones sobre proyectos de descarbonización que tiene aprobados, como por ejemplo el de Asturias, porque cada día tiene más dudas sobre el futuro de la siderurgia en Europa frente a las oportunidades que se han abierto en países como Estados Unidos, Canadá, India o Brasil. Eso explicaría que ninguno de los planes para los que ya ha obtenido fondos (prácticamente todos iguales, una planta de DRI y un horno de arco eléctrico), no pasen de la fase de ingeniería, como está sucediendo en Francia (Dunkerque) y Bélgica (Gante), mientras que el de España (Gijón) va más retrasado pese a ser el primero en presentarse (13 de julio de 2021). La diferencia está en que en Canadá, que se hizo público solo diecisiete días después del de Asturias, ya han empezado las obras.

Factoría de Arcelor de Dofasco, en Canadá, en la que ya ha comenzado las obras de la planta de DRI. AFP

No hay reproches por parte de la multinacional hacia gobiernos como el de España, que en abril de este año aprobó la subvención de 450 millones de euros, previo visto bueno de la Comisión Europea (Alemania, por ejemplo, todavía no lo ha obtenido). El problema está en los condicionantes de Europa referidos a una excesiva regulación, tramitaciones burocráticas o exigencias medioambientales. Y mientras tanto, el mercado sigue inundado de acero extracomunitario, de Turquía principalmente, con un ajuste en frontera solicitado hace años por las empresas y que todavía no será efectivo hasta 2026.

A todo esto habrá que añadir la incertidumbre de la economía global, con una disminución del mercado siderúrgico europeo, aumento de los precios de la energía,........

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