No era una fecha cualquiera, ni un partido más, sino una cita con la historia. Lo sabía el pueblo de Nava de la Asunción, la entidad y el propio vestuario. El conjunto navero recibía la visita del Bada Huesca en un duelo en el que, en los prolegómenos y alrededores del feudo segoviano e incluso por encima de lo meramente deportivo, un nombre se repetía incesantemente entre la parroquia navera: el de Gedeón Guardiola. Era el debut con los suyos del internacional español y nuevo flamante fichaje del equipo de Álvaro Senovilla. Tras una larga espera, casi infinita y, concretamente, de doce años de demora, el pivote de Petrel regresaba a la Liga Asobal.

Tras poner fin a su aventura en la cárcel deportiva de Alemania, uno de los jugadores más laureados del balonmano nacional volvía a sus orígenes en busca de dos objetivos claros: el primero, un mayor protagonismo a base de minutos que lo guíen a su fin convertido en obsesión de los Juegos Olímpicos con España, y el segundo y más relevante, el de recuperar una identidad como jugador que, según reconoció el pasado viernes en su presentación oficial, había perdido. Sobre el banquillo, atisbó atónito el cariño y respeto que la afición navera le brindó tanto a él como al resto del equipo en una previa marcada por un temporal de frío y nieve que no impidió que el Guerrer@s Naveros presentase una entrada a la altura de las circunstancias.

El equipo de Álvaro Senovilla saltó sobre la cancha una consigna evidente entre ceja y ceja, que no era otra que la de sumar un nuevo triunfo con el que acercarse aún más a la permanencia, pero el Huesca, desde los primeros compases de partido, demostró que no había viajado a Segovia de turismo. En esas, ambos conjuntos aceptaron el pulso de un ritmo alto de partido, con transiciones rápidas en forma de intercambios de golpes ante unas defensas que se convirtieron en meras espectadoras. De esta manera, comenzó a llegar el carrusel de goles inicial, con Isaias Guardiola y Prokop liderando a los locales desde el lanzamiento exterior, mientras que Rodrigo Benites hacía lo propio para los visitantes desde la pintura (4-4). Una hoja de ruta alegre y vistosa para el espectador, pero no tanto para Álvaro Senovilla y José Nolasco, incapaces de imponer sus pizarras.

Los ataques se imponen a las defensas

Sobre la cancha, ningún equipo lograba adiestrar su juego, pero Adriá Pérez se mostró el más efectivo desde el costado izquierdo haciendo mucho daño a la zaga navera. Fue entonces, cuando la rotación del conjunto segoviano salió a escena dando oxígeno a un Nava que no entregó las armas y siguió picando piedra. De la mano de los Borja Méndez y Dani Pérez, los locales se rehicieron con creces, frente a un Huesca cómodo en parcela ofensiva, pero que sí entró en un mar de dudas en la defensiva por primera vez en el partido (9-9). Con la máxima igualdad tanto en la cancha como en el marcador, pues ningún equipo lograba irse por una renta superior de un gol en el luminoso, el Nava siguió castigando la meta de Daniel Arguillas, pero una frágil defensa repleta de desconcentración daba alas a un Huesca que no desaprovechaba los regalos de la zaga local (13-12).

Y entre tanta equidad, llegó la primera gran alegría de la tarde-noche para la parroquia navera. Gedeón Guardiola saltó sobre la pista para hacer su debut y, en apenas dos minutos, demostró el porqué de su grandeza, lo que tardó el de Petrel en robar su primer balón en defensa y materializar el contragolpe llevando el delirio absoluto al feudo segoviano. Un par de acciones del capitán de los Hispanos que, sin querer o no, supuso un punto de inflexión para el cuadro de Álvaro Senovilla. Desde la jerarquía y el liderazgo, el Nava se abrazó a la experiencia del internacional español para cerrar filas atrás, lo que le permitió abrir una brecha considerable en el luminoso (18-15).

Con el Huesca en la lona, José Nolasco solicitó tiempo muerto en busca de una reacción que no tardó en llegar, con una respuesta inmediata dando de su propia medicina al Nava. Gracias a Leo Tercariol bajo palos, el guardameta visitante echó el cerrojo a la portería deteniendo dos lanzamientos de siete metros que dieron vida a un Huesca que le permitió recortar distancias, tanto hasta devolver las tablas al tiempo de descanso (18-18). Tras el paso por vestuarios, el ritmo no cesó, pero el goteo de goles sí. Tanto la defensa navera como la oscense se pusieron el mono de trabajo dando paso a ataques más estériles que no encontraban portería en un duelo en el que, de nuevo, el Huesca tomó ventaja. En esas, los visitantes se colocaron con una renta de dos dianas en el marcador, pero el Nava sacó el kit de superviviencia y, elevando su nivel defensivo, fue castigando a base de contragolpes transformados en goles sencillos que no permitieron al conjunto de José Nolasco escaparse en el marcador (26-26).

Luis de la Vega echa el cerrojo

Una oportunidad de oro perdida para un conjunto segoviano que olió sangre y, dando un paso al frente, puso tierra de por medio. Todo, desde atrás. Con Luis de la Vega vistiéndose de héroe a base de grandes intervenciones sumado a una zaga navera que impidió una y otra vez que el Huesca encontrase el pase al pivot, poco a poco el equipo de Álvaro Senovilla fue encontrando la llave para decantar la balanza (32-30). Con el cronómetro en contra, el Huesca se vio obligado a lanzarse a tumba abierta en busca de lograr sacar algo positivo de su visita a Segovia, situación que aprovechó a las mil maravillas Óscar Marugán para sentenciar al conjunto oscense colocando al equipo segoviano con una renta de cuatro goles en el marcador a falta de cinco minutos para el final (35-31).

En los últimos compases de partido, el Nava se convirtió en un muro infranqueable impidiendo siquiera soñar al Huesca con una posible remontada, pues a pesar de arriesgar en defensa y reducir la distancia hasta las dos dianas, el conjunto oscense murió en la orilla. De esta manera, el conjunto segoviano sumó un nuevo triunfo que lo aúpa hasta la octava posición en la tabla con 20 puntos, una cifra redonda con la que acaricia el ansiado objetivo de la salvación.

Una victoria vital tanto en lo deportivo como en lo anímico en el que fue el debut de un Gedeón Guardiola que ya conoció, de primera mano, de lo que es capaz un Nava que no se pone límites. El pasado viernes aseguró que, desde su llegada, pueblo y club ya lo estaban ayudando en su adaptación y ayer, sobre la pista, el internacional español se lo devolvió con una exhibición. Un matrimonio que no pudo comenzar de una manera más feliz.

Tags: BALONMANO, DEPORTES

QOSHE - Debut de ensueño y permanencia a la vista - Jonathan Fernández García
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Debut de ensueño y permanencia a la vista

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03.03.2024

No era una fecha cualquiera, ni un partido más, sino una cita con la historia. Lo sabía el pueblo de Nava de la Asunción, la entidad y el propio vestuario. El conjunto navero recibía la visita del Bada Huesca en un duelo en el que, en los prolegómenos y alrededores del feudo segoviano e incluso por encima de lo meramente deportivo, un nombre se repetía incesantemente entre la parroquia navera: el de Gedeón Guardiola. Era el debut con los suyos del internacional español y nuevo flamante fichaje del equipo de Álvaro Senovilla. Tras una larga espera, casi infinita y, concretamente, de doce años de demora, el pivote de Petrel regresaba a la Liga Asobal.

Tras poner fin a su aventura en la cárcel deportiva de Alemania, uno de los jugadores más laureados del balonmano nacional volvía a sus orígenes en busca de dos objetivos claros: el primero, un mayor protagonismo a base de minutos que lo guíen a su fin convertido en obsesión de los Juegos Olímpicos con España, y el segundo y más relevante, el de recuperar una identidad como jugador que, según reconoció el pasado viernes en su presentación oficial, había perdido. Sobre el banquillo, atisbó atónito el cariño y respeto que la afición navera le brindó tanto a él como al resto del equipo en una previa marcada por un temporal de frío y nieve que no impidió que el Guerrer@s Naveros presentase una entrada a la altura de las circunstancias.

El equipo de Álvaro Senovilla saltó sobre la cancha una consigna evidente entre ceja y ceja, que no era otra que la de sumar un nuevo triunfo con el que acercarse aún más a la permanencia, pero el Huesca, desde los primeros compases de partido, demostró........

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