El sueño comienza a ser cada vez más real. Con esa pizca de suerte, la revelación de la voluntad, y el empuje de una ciudad que tiene motivos más que suficientes para creer en un equipo que es todo corazón, fútbol y entrega, la Gimnástica Segoviana se abrazó al liderato del grupo V de la Segunda RFEF como una náufrago a tierra firme. Ni el más inaudito pronóstico hubiera situado al conjunto segoviano en lo más alto de la tabla a falta de cuatro jornadas para el final del campeonato, pero ahí está una plantilla que, desde el trabajo y, por derecho propio, no parece tener límites. O al menos no se atisban. Porque no es por casualidad, sino por causalidad.

En un día especial para la familia y entidad gimnástica, el equipo de Ramsés Gil puso la guinda final con un nuevo triunfo en el que tuvo que sudar tinta china sobre el Badajoz y con el que cierra con matrícula de honor su maratón particular de tres victorias consecutivas en casa que han guiado a la Segoviana hacia un lugar inconcebible. Porque el doctorado de los sueños de una Segoviana sin precedentes sigue coleccionando registros inimaginables para una plantilla que ha dejado más que caducado su primer objetivo de la permanencia para ganarse la licencia a hacerlo por ambiciones aún mayores.

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