La irrupción de animales en la calzada es ya el principal motivo de los accidentes de tráfico que se registran en las carreteras segovianas. En total, el año pasado se notificaron 1.032 accidentes de este tipo, lo que supone un aumento del doce por ciento respecto al último ejercicio contabilizado.
Las cifras de Segovia suponen porcentualmente el mismo índice que a nivel regional. Los siniestros viales con animales en las carreteras de Castilla y León también representan el 61% de la accidentalidad. En este sentido, en 2023 se registraron un total de 18.667 accidentes en carretera, en los que en 11.454 estuvo implicado un animal, según el último informe de la DGT del que se dio cuenta en la Comisión Autonómica de Tráfico anual que presidió el delegado del Gobierno en Castilla y León, Nicanor Sen.
De esta forma, el año pasado se registraron de media diaria 31 siniestros causados por la presencia de la fauna en las carreteras. La cifra supone una caída interanual del 8,3%, al contabilizarse 1.034 accidentes menos que a lo largo del 2022.
El 99% de ellos se saldaron con daños materiales y un balance total de 85 heridos, lo que representa la cifra más baja en la última década. Un año en el que no hubo que lamentar ninguna víctima mortal. Desde el 2012, han sido 12 los fallecidos por accidentes con animales implicados en Castilla y León.
Burgos y León fueron las provincias que registraron un mayor número de siniestros con la implicación de animales, con 2.393 y 2.219 respectivamente, seguidas de Soria (1.518), en la que ocho de cada 10 (79%) accidentes registrados el año pasado en sus carreteras fueron por la presencia de fauna.
De este modo, la fauna silvestre está detrás de la mayoría de los accidentes. El corzo se mantiene como el animal más implicado en la siniestralidad vial de Castilla y León, con 6.069 siniestros con daños y 23 con víctimas; seguido del jabalí, con 3.311 siniestros con daños y 24 siniestros con víctimas. Muy por detrás se sitúan el ciervo (572 siniestros y 4 víctimas); perros (412 siniestros y 8 víctimas); aves (139 siniestros); tejones (119 siniestros y una víctima), y vacas (107 siniestros y 11 víctimas).
El informe arroja datos curiosos como que detrás de 13 accidentes estuvo implicado el lobo; en cinco, gatos monteses; en cuatro, cabras montesas, otros tantos con nutrias; tres con cerdos, y dos con osos pardos, ambos estos últimos en la provincia de León.
La N-122, que cruza las provincias de Zamora, Valladolid, Burgos y Soria, vuelve a situarse como la carretera que registró un mayor número de accidentes con animales implicados, al sumar 456. Por detrás se situó la N-234, que atraviesa Soria hasta Burgos capital, con 353 accidentes; la N-110, que cruza las provincias de Segovia, Soria y Ávila, con 310 y la CL-626, que une el puerto de Cerredo con Aguilar de Campoo, con 229. En quinto lugar se situó la Autovía A-6, donde se contabilizaron un total de 206 siniestros. La A-62 fue la otra gran vía de alta capacidad de Castilla y León que anotó un importante número de accidentes con la presencia de fauna (136).
En cuanto a la temporalidad, agosto fue el mes que contabilizó más accidentes de este tipo, con 1.207, seguido de noviembre (1.151) y diciembre (1.087).
CORZO, PROTAGONISTA En el caso de Segovia, de los 1.032 accidentes, más de la mitad de ellos tuvieron al corzo como protagonista. En concreto, el año pasado fueron 665 los siniestros de este tipo. En el último registro aportado por la Jefatura Provincial de Tráfico, fueron 543 accidentes en Segovia, lo que supone un aumento significativo.
Le siguió el jabalí, con 243 casos registrados. Pero en este caso la cifra disminuyó respecto a 2021, en que hubo 252 accidentes con este animal como causante o víctima. Más alejadas se encuentran las demás especies de animales, como zorros, perros, tejones, lobos o ciervos.
En varias ocasiones, el jefe provincial de Tráfico, Pedro Pastor, ha destacado la importancia de reducir la velocidad en momentos y lugares donde resulta más probable la irrupción de algún animal salvaje. Señala que la carretera más afectada por accidentes es la N-110 (Soria-Plasencia), especialmente en todo el tramo que discurre por la falda de la Sierra de Guadarrama y del Nordeste de la provincia.
La SG-205 (Cuéllar-Cerezo de Abajo), y la CL-603 (Aranda de Duero-Segovia) también son escenario de muchos de los accidentes con animales. Incluso algunas autovías como la A-1 (Madrid-Burgos), a pesar de contar con vallado lateral, también recogen accidentes de tráfico con animales.
Afortunadamente, la mayoría de estos siniestros se saldan con daños materiales y sin víctimas mortales, aunque no todos, pues en varios casos sí ha habido fallecidos, por lo que el responsable de la DGT en Segovia, Pedro Pastor, llama a la prudencia de los conductores.
PROTECCIÓN
En varias ocasiones las administraciones han puesto en marcha medidas para reducir los accidentes que suponen riesgo para los conductores y viajeros de los vehículos, así como para la pervivencia de la fauna, con especies de animales protegidos.
Por ello, desde la Dirección General de Carreteras (DGC) del Ministerio de Transportes y Movilidad Sostenible (MITMA) ha adoptado (entre otras medidas para reducir el riesgo de este tipo de accidentes por interrupción de animales en la calzada), un procedimiento homogéneo para toda la red estatal de carreteras (RCE) para la identificación de aquellos tramos con especial frecuencia de incidentes viales con implicación de animales (TEFIVA). Se denomina así a las zonas con especial frecuencia de incidentes viales, con implicación de animales. Son tramos de una longitud mínima de un kilómetro en los que en los últimos cinco años se hayan registrado al menos diez incidentes relacionados con fauna de cierto tamaño y alguno de ellos haya ocasionado un accidente con víctimas. Se han identificado un total de 150 tramos TEFIVA que comprenden una longitud global de 205,1 kilómetros. Con objeto de velar por la seguridad vial y que los usuarios estén informados de la presencia de estos tramos con especial frecuencia de irrupción de animales con riesgo de atropello, la DGC del MITMA procedió a su señalización con la señal reglamentaria específica P-24 de advertencia de peligro por presencia de animales sueltos complementada con un panel indicativo de la longitud afectada por dicho tramo. Además, cuando la longitud del tramo a señalizar fue igual o superior a dos kilómetros se dispuso de señalización intermedia a modo de recordatorio. Los vértices de la P-24 de inicio de tramo se dotaron de focos destellantes para llamar más la atención, alimentados con batería o placa solar y configurados para funcionar durante las horas nocturnas y el crepúsculo. Aquellos tramos consecutivos próximos entre sí, se agruparon en un mismo tramo a efectos de su señalización.
En total se han colocado señales de este tipo en 136 tramos con una longitud total algo mayor de 216,6 kilómetros. El Ministerio asegura que este procedimiento de identificación y señalización de tramos TEFIVA se seguirá realizando de forma periódica.
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