Cuando el pasado 24 de septiembre el Partido Popular organizó aquel acto "por la igualdad de todos los españoles" en la avenida de Felipe II de Madrid, algo se rompió por dentro en el osito de peluche que cada persona de bien guarda con los sueños de un mundo mejor.
Sin despeinarse, o de natural despeinada -tanto da-, la presidenta madrileña, Isabel Díaz Ayuso, era plato fuerte de un acto basado en una mentira. Los datos de 2021 indican un índice de Palma de 2,18 para la Comunidad de Madrid, frente al 1,61 de media en España. Para que usted lo entienda, el 10% más rico de la Comunidad de Madrid, tenía en 2022, 2,48 veces más ingresos que el conjunto que forma el 40% más pobre. La siguiente comunidad en desigualdad es Baleares, con un índice de Palma de 1,77.
Ayuso, la presidenta de la comunidad autónoma más desigual de nuestro país, presidiendo un acto por la igualdad de todos los españoles. Cómo decía, sin despeinarse, o de natural despeinada.
En el camino de la desigualdad, según el INE, la comunidad autónoma con menor tasa de pobreza es Navarra, la siguiente, País Vasco, y las que más, tras las ciudades autónomas de Ceuta y Melilla, son Extremadura, Canarias, y Andalucía.
El Partido Popular que pide por la igualdad de todos los españoles en actos multitudinarios, gobierna desde hace años las 2 capitales con mayor tasa de pobreza de nuestro país, mientras ni una sola vez han pronunciado sus "populares" labios una sola palabra referida al régimen foral navarro.
Cuando allá por 2011, el 15-M pedía una ley electoral que asegurara la igualdad de valor del voto de todos los españoles, una desgañitada Esperanza Aguirre nos mandaba a acampar sobre la Nacional VI frente a Moncloa. La misma Nacional VI que cientos de exaltados cortaron el pasado domingo sin que los antidisturbios hicieran gala de sus cualidades más famosas. En la pugna por la igualdad, no todos son iguales.
Volviendo a aquellos días de 2011, sin mucho esfuerzo de memoria, se puede recordar el abundante debate en las plazas, educado turno de palabra mediante, sobre la necesidad de reformar el senado para dar cumplimiento riguroso al punto primero del artículo 69 de nuestra vandalizada Constitución: "El Senado es la Cámara de representación territorial".
No parece abundar en tecnicismos ni complejidades legales dicho punto, pero para quien hace de la indigencia intelectual su casa, por más que se adorne de buena educación, todo son radicalismos menos lo suyo, cuyas manos derecha e izquierda acabaron en la cárcel por, según las sentencias judiciales, abundar en el tonto vicio de penetrar a hurtadillas en el cajón de los ahorros madrileños que se gestiona en Sol.
De mandar a Moncloa entonces a la performance fascista de estos días frente a Ferraz, participación de Aguirre incluida -Ay, Espe, quién te ha visto y quién te ve- salpicada de simpáticos saludos nazis, alegres rezos, cánticos pasionales y todo el monocromático folclore franquista bonachonamente filtrado por las lentes de José Luis, alcalde de la capital, mientras contenedores de basura de ¿2000 euros? ardían en llamas sobre el pavimento; imagen de ardor patriótico de simpáticos nazis ¡Todo por España! ¿Acaso hay algo que divida más a los españoles que la unidad de España?
Y en esas andamos, en si subimos o bajamos -Madrid no es Galicia- la grada de la religión cuyo cuerpo santificado es la imagen redentora de la España única que sólo existe en la imaginación del líder de Vox, Santiago Abascal, mantenida a duras penas durante la dictadura, fusilamientos mediante. Ni únicos, ni iguales; diversos y plurales, el gobierno de coalición tensa las costuras del blanco y negro ¿ideológico? que visten los órganos judiciales.
Y vuelvo a donde empecé. La igualdad defendida por la derecha, en este país, es una enorme mentira; por más rojos que se pongan mientras gritan, siempre han rechazado el comunismo.
La falsa España
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20.11.2023
Cuando el pasado 24 de septiembre el Partido Popular organizó aquel acto "por la igualdad de todos los españoles" en la avenida de Felipe II de Madrid, algo se rompió por dentro en el osito de peluche que cada persona de bien guarda con los sueños de un mundo mejor.
Sin despeinarse, o de natural despeinada -tanto da-, la presidenta madrileña, Isabel Díaz Ayuso, era plato fuerte de un acto basado en una mentira. Los datos de 2021 indican un índice de Palma de 2,18 para la Comunidad de Madrid, frente al 1,61 de media en España. Para que usted lo entienda, el 10% más rico de la Comunidad de Madrid, tenía en 2022, 2,48 veces más ingresos que el conjunto que forma el 40% más pobre. La siguiente comunidad en desigualdad es Baleares, con un índice de Palma de 1,77.
Ayuso, la presidenta de la comunidad autónoma más desigual de nuestro país, presidiendo un acto por la igualdad de todos los españoles. Cómo decía, sin despeinarse, o de natural........
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