Un ser humano puede cambiar de colegio, de religión, de partido político, de ideología, de pareja, de identidad sexual, pero jamás, se le ocurrirá como hincha, cambiar de equipo de futbol. También, podrá renegar u odiar a sus gobernantes, pero jamás dejará de amar a su selección nacional de futbol. Cuando gana una selección se hinchan los corazones de los compatriotas y todos nos sentimos más colombianos que nunca, estemos en nuestra patria o exiliado en otro país. Su selección futbolera, fue la única capaz, por algunos días en el Mundial de 1976, de hacer sobreponer a los argentinos de las torturas del general José Rafael Videla. El amor de los colombianos se revistió de fe en Barranquilla y en todos los rincones de la patria, en los primeros cuarenta y cinco minutos, guardamos silencio en espera del milagro, confiado a la acción de sus once héroes; similar a cuando un ser querido se debate en una unidad de cuidados intensivos y esperamos que sus pasos que iban camino al túnel oscuro se regresen para darnos emoción y alegría. Eso ocurrió en la segunda fase de la contienda Colombia versus Brasil, cuando se aceleraron las palpitaciones y brotaron lágrimas en los ojos de todo un país gracias al cabezazo y el guayazo de Lucho Díaz, convertidos en dos golazos contra la vecina y poderosa selección. Lucho Díaz, usted salvó la patria. Guajiro con tu ejemplo nos enseñaste a no perder la fe y siempre ser fuertes en momentos aciagos. James Rodríguez, por su parte, nos enseñó que un héroe es aquel David capaz de reaccionar firme ante sus propias tentaciones humanas y las amenazas de Goliat, reivindicándose con su pueblo, justo en momentos que este empezaba a desdeñarle. Es irrefutable Albert Camus, al decir: “La Patria verdadera, siempre será la Selección de Fútbol”.

QOSHE - Lucho Díaz, usted salvó la patria - Luis Ángel Muñoz Zúñiga
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Lucho Díaz, usted salvó la patria

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18.11.2023

Un ser humano puede cambiar de colegio, de religión, de partido político, de ideología, de pareja, de identidad sexual, pero jamás, se le ocurrirá como hincha, cambiar de equipo de futbol. También, podrá renegar u odiar a sus gobernantes, pero jamás dejará de amar a su selección nacional de futbol. Cuando gana una selección se hinchan los corazones de los compatriotas y todos nos sentimos más colombianos que nunca, estemos en nuestra patria........

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