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MIGUEL ÁNGEL OLIVARES 04 may 2024 / 09:23 H.
Yo sí recuerdo otros casos de ataques masivos y bien organizados contra políticos españoles como el que tuvo en el foco al secretario general de Podemos en su momento. La hostilidad hacia su persona y la de su compañera tampoco tuvo límites. Al escribir en este medio sobre aquella campaña de ataque a estas personas traje a colación lo que Julián Marías escribió al morir Ortega: “Probad a discrepar en un punto, el más minúsculo, y veréis como esas gentes se cierran contra vosotros... Decid que España no tiene por qué ser un sistema de exclusiones, y veréis como se os excluye, cómo se os amenaza”. Aquella campaña de ataque llegó a uno de sus puntos álgidos con el inexistente y supuesto escándalo de la casa de ambos justo cuando Podemos impulsaba su propuesta de ley para resolver el tremendo drama de la vivienda en nuestro país, reforma que posibilitaría que los ayuntamientos y otros niveles del Estado pudieran regular el precio de los alquileres. El hecho tan criticable y el ataque a ambos surgió cuando esta pareja, ante la constante persecución en su vida cotidiana, que les llegó a suponer un riesgo, decidió no imponer ese riesgo a sus hijos, y desearon vivir en condiciones de mayor seguridad. Al final, desgraciadamente, nos acostumbramos a los ataques a la figura de Pablo Iglesias y a que nos lo representaran una y otra vez como una persona dogmática, caciquil, estereotipándolo y mostrándolo como un ser rígido, deshumanizado. Lo importante era la destrucción de la dirección de un partido. Los poderes económicos, políticos y mediáticos de este país trataron de dar una definitiva vuelta de rosca también con los ataques a su compañera. Era el precio que ambos debían pagar por denunciar las políticas que se habían estado imponiendo a la población por parte de estos poderes y por presentar alternativas. Era el precio por denunciar que esos poderes causaron la mayor crisis social que había vivido España desde el inicio de su democracia. Vuelvo a decir lo que ya he dicho muchas veces en las páginas de este diario: El mostrar en nuestra cultura mediática esa desproporcionada hostilidad hacia los dirigentes de la izquierda deja al descubierto una carencia y no es más que una muestra de la falta de diversidad y la falta de cultura democrática de los que la realizan.
Ahora, llegado a su punto más álgido el ataque contra la persona de Pedro Sánchez, con este artículo quiero decir públicamente y de forma muy modesta que, viendo la estrategia de acoso y derribo al presidente y a su familia, las miles y miles de personas de todas las ideologías a las que nos duele España deberíamos levantar la voz al unísono para decir que estamos en contra del cainismo y la infamia, que estamos en contra de la política convertida en una constante e inhumana agresión al adversario, que estamos en contra de la judicialización de la política y a favor del respeto y la paz como forma de abordar los conflictos.
La misiva del presidente decía: “Llegados a este punto, la pregunta que legítimamente me hago es ¿merece la pena todo esto? Sinceramente, no lo sé. Muchas veces se nos olvida que tras los políticos hay personas”. En las pocas líneas que me quedan por escribir aquí quiero expresar toda mi comprensión y todo mi ánimo para él, para su familia y para la militancia de su partido. No me han dolido prendas cuando he tenido que criticar algunas medidas o algunas de sus políticas, pero ahora toca, como en su momento tocó con Pablo Iglesias o con Irene Montero, expresar nuestro apoyo ante lo difícil que debe ser soportar tanta infamia e insultos. Toca expresar nuestra solidaridad porque no están poniendo límite alguno al ataque inhumano a su persona o a su familia. Ahora toca decir que, por encima de las diferencias, cuentan su familia y él con nuestro afecto y con el de todos los que comparten ideas progresistas. Y, además, se le añade a todo lo dicho el expresar agradecimiento por las muchas decisiones que el gobierno que preside ha tomado a favor y en beneficio de las personas más desfavorecidas y que han sido rechazadas siempre por la derecha.
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04.05.2024
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Yo sí recuerdo otros casos de ataques masivos y bien organizados contra políticos españoles como el que tuvo en el foco al secretario general de Podemos en su momento. La hostilidad hacia su persona y la de su compañera tampoco tuvo límites. Al escribir en este medio sobre aquella campaña de ataque a estas personas traje a colación lo que Julián Marías escribió al morir Ortega: “Probad a discrepar en un punto, el más minúsculo, y veréis como esas gentes se cierran contra vosotros... Decid que España no tiene por qué ser un sistema de exclusiones, y veréis como se os excluye, cómo se os amenaza”. Aquella campaña de ataque llegó a uno de sus puntos álgidos con el inexistente y supuesto escándalo de la casa de ambos justo cuando Podemos impulsaba su propuesta de ley para........
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