JORGE HERMANN

Como un hito sin precedentes describió el Presidente Boric el acuerdo del litio entre SQM y Codelco, mostrando pragmatismo, con el fin de sacar adelante la errada Estrategia Nacional del Litio para que el Estado controle la producción del oro blanco. Más que un hito, el acuerdo es un regalo sin precedentes.

SQM estaba en una posición desmejorada en la negociación, porque Codelco consiguió el arriendo del Salar de Atacama por parte de Corfo desde 2030 en adelante y la minera privada iba a consumir la cuota de producción de litio del contrato antes de ese año. Frente a este escenario, lo correcto era licitar al mejor postor la explotación del salar más allá de 2030 a quién pagara más alto al Estado.

“¿Cuánto más habría ganado el Estado licitando la extracción de litio al mejor postor en un proceso público, competitivo y transparente, no negociando entre cuatro paredes con SQM?”

No obstante, dado que el Gobierno necesitaba mostrar un logro rápido de su estrategia de controlar la producción nacional del litio, se concreta este acuerdo que aumenta la cuota de producción en 300 mil toneladas hasta 2030 y, a partir de 2031, se crea una asociación en que SQM aporta sus activos y Codelco lo hace con las pertenecías mineras. El acuerdo es gratuito para SQM, porque los nuevos derechos de Codelco sobre una parte de las utilidades entre el 2025 y 2030 más que se compensan por la mayor utilidad proveniente del aumento de producción y por el acceso al mejor yacimiento de litio del mundo hasta 2060 sin licitación alguna, con sólo aportar activos.

Además del mencionado obsequio sin licitación, otros temas llaman la atención en el acuerdo. Una capitalización soterrada de Codelco se da con la entrega de una parte de las utilidades valoradas en US$ 4.000 millones (antes de royalty e impuestos) entre 2025 y 2030, en vista del alto endeudamiento que presenta la empresa por US$19.000 millones.

Tampoco habrá empresa nacional del litio, porque Codelco ocupará dicho disfraz, evitando la discusión del tema en el Congreso. A su vez, desde el punto de vista de la libre competencia, el acuerdo genera una barrera de entrada al Salar de Atacama para que no entren otras empresas y Codelco erige su supremacía en la cantidad de pertenencias mineras en el Salar de Maricunga, el siguiente salar en importancia.

Por otra parte, es relevante continuar con lo establecido en la Estrategia Nacional del Litio en lo referente a determinar la red de salares protegidos dentro de los 23 disponibles, para luego entregar permisos de exploración a empresas privadas con el objeto de avanzar en el catastro de recursos disponibles y, consecuentemente, licitar su explotación.

En definitiva, es evidente que el Estado obtiene recursos adicionales y queda en una situación mejor con este acuerdo. Pero, la pregunta de fondo es: ¿Cuánto más habría ganado el Estado si hubiera licitado la extracción de litio al mejor postor en un proceso público, competitivo y transparente, en vez de negociar entre cuatro paredes con SQM?

Claramente, una licitación siempre es mejor a una negociación, por lo que este acuerdo es un regalo sin precedentes en la industria minera chilena.