En Belén confluyen la leyenda celeste y retazos de realidad histórica. El relato del Niño Rey que nace sin abrigo adquiere su punto de sugestión y verdad en la era cierta de Augusto y va más allá de fulgores astrales, taumaturgos de oriente, inseminaciones sobrenaturales y ángeles trompeteros que aterrorizan a pastores analfabetos. La mula, el buey, la muchacha parturienta, el hijo divino y un hombre silente y aturdido llamado José forman parte del formato cultural del belén que nos ha traído de San Francisco de Asís a hoy. De Navidad a la Epifanía, todos los años alguien nos recuerda las contradicciones del relato entre Lucas y Mateo (Marcos, el más antiguo evangelista, ni siquiera habla de ello). Qué importa ya inferir si la criatura lo hizo para reinar mesiánicamente sobre la casa terrena de Jacob en Israel o si lo hizo para anunciar una maravillosa abstracción: la llegada del Reino al interior de cada uno de los hombres.

Año tras año recordamos también la paradoja que según Chesterton resulta de que un niño sin hogar haya entrado en millones de hogares en todo el mundo. La sugestión navideña del belén halla su misterio infalible en la duda y la contradicción. En Sevilla uno se queda mirando al pasar el elegante belén de la confitería La Campana. Por cercanía suelo entrar a ver el belén de la iglesia de San Martín (recuerdo que hace unos años se montaba a partir de un animalario vivo que olía a granja). En un comercio de la calle Francos han puesto un cuadro donde se ve a Jesús de niño en el taller de carpintería mientras va tallando una cruz de madera en presencia de sus padres. Es el relato celeste que llevará al tenebrario del Gólgota. En la calle se ven carteles con el Niño Jesús nacido entre escombros de guerra y envuelto en el pañal de la kufiya palestina. Se nos dice que hoy por hoy no habría podido nacer en Gaza.

En estas andamos (está al llegar la versión de las Reinas Magas), cuando supimos hace días que en Girona han creado un belén viviente con dos lesbianas y la hija de ambas expuesta en el celestial pesebre. Más cercano, en Mairena del Aljarafe, supimos también de este otro nacimiento LGTBi. Un belenista local ha creado un belén inclusivo con dos figuras de San José, pero sin la Virgen María. De las contradicciones entre Lucas y Mateo hemos pasado a las poluciones del evangelio arcoíris. Se ve que hasta algunas feministas han acusado al belenista de misoginia por mostrar la Natividad sin mujeres. En el belén de Girona hallarán consuelo y empoderamiento. Y lo dicho: desde el Desoriente ya vienen las Reinas y Reinonas Magas.

QOSHE - El belén lésbico - Javier González-Cotta
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El belén lésbico

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03.01.2024

En Belén confluyen la leyenda celeste y retazos de realidad histórica. El relato del Niño Rey que nace sin abrigo adquiere su punto de sugestión y verdad en la era cierta de Augusto y va más allá de fulgores astrales, taumaturgos de oriente, inseminaciones sobrenaturales y ángeles trompeteros que aterrorizan a pastores analfabetos. La mula, el buey, la muchacha parturienta, el hijo divino y un hombre silente y aturdido llamado José forman parte del formato cultural del belén que nos ha traído de San Francisco de Asís a hoy. De Navidad a la Epifanía, todos los años alguien nos recuerda las contradicciones del relato entre Lucas y Mateo (Marcos,........

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