En el patio de la casa de mis abuelos había un aljibe con una tortuga, como era costumbre en Cádiz. Surtía de agua a la casa, que se almacenaba en unas enormes tinajas. Llegó el agua corriente que, decían, se traía a Cádiz como en la época de los romanos desde El Tempul. Aquel agua corriente sabía a cal quizás por eso se hervía para beberla. Como siempre ha habido sequías periódicas, lo que en el franquismo llamaban “la pertinaz sequía”, hubo alguna ocasión en que se trajo el agua en barcos desde Huelva hasta los depósitos de la entrada de la ciudad. En los primeros años 90 hubo una sequía importante, a pesar de lo cual en la Expo pusieron unos aspersores para bajar la temperatura de la Cartuja uno o dos grados, lo que llevó a Antonio Burgos a escribir “el microclima de la Expo se hace a costa de las duchas que usted y yo no nos podremos dar en poco tiempo”. Con Borrell de ministro de Obras Públicas se proyectó el pantano de Guadalcacín que se iba a llenar con el trasvase Guadiaro-Majaceite , de esta manera se dijo que no volvería a haber restricciones. Se creó el Consorcio de Abastecimiento de Agua a la Zona Gaditana que gestionaban los ayuntamientos, casi siempre con un alcalde al frente que no cobraba porque a fin de cuentas eran los ingenieros los que lo dirigían, hasta que eligieron a uno de IU que quiso que le liberasen para poder vivir de lo público, costumbre que ha mantenido el nuevo presidente , un andalucista aupado por el PP. La política descubrió otro sitio desde el que vivir sin dar un palo al agua y ya se ha consolidado sin que se haya notado la más mínima mejoría en el abastecimiento. El tiempo de Jesús Oliden en Aguas de Cádiz demostró que cuando una empresa pública esta gestionada con eficacia y honradez, de inmediato se notan los cambios, sobre todo porque se pasó la página del agua contaminada de Loreto, las fiestuquis con gambas y Campari y los doctorados patrocinados con dinero público del gran Ramoní, a quien tanto debemos. Ahora dice Aguas de Cádiz que tenemos suministro garantizado solo para un año, a pesar de lo cual Terelu, suponemos que con el beneplácito de Bruno, sigue baldeando calles y regando los jardines con agua potable, por mucho que nos dijeron que se iba a hacer con agua depurada. Así que como dijo Antonio Burgos, esos baldeos imprescindibles se hacen a costa de las duchas que usted y yo no nos vamos a dar. Debe ser imprescindible tanto baldeo, quizás porque en Cádiz somos unos guarros y como hay más perros que niños, dejan las calles hechas una mierda, nunca mejor dicho. Eso sí, nos piden que no nos pasemos de 100 litros de media por persona y día. Cuando usted vea un baldeo ya tiene en qué pensar.

QOSHE - Agua que no has de beber - Fernando Santiago
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Agua que no has de beber

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08.01.2024

En el patio de la casa de mis abuelos había un aljibe con una tortuga, como era costumbre en Cádiz. Surtía de agua a la casa, que se almacenaba en unas enormes tinajas. Llegó el agua corriente que, decían, se traía a Cádiz como en la época de los romanos desde El Tempul. Aquel agua corriente sabía a cal quizás por eso se hervía para beberla. Como siempre ha habido sequías periódicas, lo que en el franquismo llamaban “la pertinaz sequía”, hubo alguna ocasión en que se trajo el agua en barcos desde Huelva hasta los depósitos de la entrada de la ciudad. En los primeros años 90 hubo una sequía importante, a pesar de lo cual en la Expo pusieron unos........

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