Cuando se junta la impunidad y el matonismo, se conforma el temido binomio de la imbecilidad. Por si no bastase, cuando los aprendices de álgebra del PP en Madrid se ponen creativos, especialmente después de la sobremesa, la imprudencia roza lo absurdo. Lo que hace una semana era simplemente un problema de la pareja sentimental de Isabel Díaz Ayuso con la Agencia Tributaria va camino de convertirse en el Caso Ayuso, con uninflamable-inflamado Alberto Núñez Feijoo, proclamando alegremente a los cuatro vientos que la soberanía del pueblo español ya no reside en el Congreso de los Diputados. Cada loco con su tema… (Joan Manuel Serrat dixit).


Ayer, el gabinete de la presidenta Ayuso, dirigido por Miguel Ángel Rodríguez (conocido controlador de muñeco/as inanimados desde que sentó a Aznar en La Moncloa), envió a los medios de comunicación una información falsa con la intención de intimidar a periodistas de El País y Eldiario.es, difundiendo sus nombres y su imagen, tras una identificación rutinaria de la policía encargada de la seguridad de la presidenta. Los servicios de comunicación de Ayuso acusaron a los periodistas, que trabajaban en la calle buscando información, de acosar a vecinos del inmueble. Pero ahí no acaba este surrealista episodio. La Comunidad de Madrid difundió la identidad y una fotografía de los informadores insinuando conductas delictivas. Cuando los nervios se apoderan de los políticos y de sus asesores, mal asunto. Intimidar a la prensa en un momento en que la presidenta regional es cuestionada por el presunto fraude fiscal que ha confesado su pareja, Alberto González Amador (el chico del Maserati), siempre tiene un final de libro. Recordemos, por ejemplo, cuando el presidente Nixon, en 1973, hablaba de conspiración para ocultar el encubrimiento del famoso caso Watergate, que le costó el despacho Oval de la Casa Blanca, no sin antes, asesorado por sus expertos en álgebra de la imbecilidad, amenazara a la editora The Washington Post, Katharine Graham, de acabar con ella usando una trituradora (literal). No contamos el final de la historia para que el spoiler no haga mella en la estrategia del atribulado Miguel Ángel Rodríguez. Completando el espectáculo circense, Feijoo manda a tocar a rebato para que sus presidentes autonómicos acudan a la llamada desesperada de “a ella la legión”. A ver qué hace Manolo Domínguez. De momento, parece que está fuera de cobertura. Ay mi cabeza… Jaque mate

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Álgebra de la imbecilidad

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21.03.2024

Cuando se junta la impunidad y el matonismo, se conforma el temido binomio de la imbecilidad. Por si no bastase, cuando los aprendices de álgebra del PP en Madrid se ponen creativos, especialmente después de la sobremesa, la imprudencia roza lo absurdo. Lo que hace una semana era simplemente un problema de la pareja sentimental de Isabel Díaz Ayuso con la Agencia Tributaria va camino de convertirse en el Caso Ayuso, con uninflamable-inflamado Alberto Núñez Feijoo, proclamando alegremente a los cuatro vientos que la soberanía del pueblo español ya no reside en el Congreso de los Diputados. Cada loco con su........

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