Hormigueros humanos
CADA vez que veo un gimnasio acristalado, donde no salpica el sudor de los de la primera fila sobre la acera de puro milagro, se me antoja un hormiguero humano seccionado y no puedo evitar observarlo. El musculitos y la glúteos de acero encantados de conocerse y de que los conozcamos, los que se apuntaron en enero y no han ido hasta marzo, el chaval que iba mirando........
© Deia
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