El Athletic obra milagros
Ojerosa aún por el trasnoche rojiblanco en el que se vio sumido hasta el Tato, ya fuera por decisión propia o por los gritos del vecindario, les remito la crónica de una familia no ducha en la materia, omitiendo los “Huy, huy, huy”, los “¡Goool!”, el “¡A cenar!” del primer descanso, el “¡A lavarse los dientes!” del segundo y el “Ya veréis mañana para........
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