Tengo un escritor como referencia literaria, Bukowski, y uno de sus libros se titula ‘Peleando a la contra’. En su literatura podemos encontrar un personaje, Chinaski, que es su ‘alter ego’, el antihéroe. Todo lo malo que puede tener un personaje le cabe. Lo fácil y lo cobarde ahora mismo, con la que está cayendo en el arbitraje, es unirte a la ola de descrédito hacia la institución CTA, a la cual reconozco unos valores y debo un agradecimiento que no podré devolver nunca. Que hay cosas que desde dentro se pueden hacer mejor, seguramente. Que hay arbitrajes mejorables, sin duda. Que el caso Negreira, el más grave que se ha producido en el futbol español, ha ayudado a deteriorar más si cabe la credibilidad arbitral, queda fuera de toda duda.

Dicho esto, cada uno tiene que mirarse al ombligo, yo el primero, y ver si estamos llevando al arbitraje a un callejón sin salida. Nos guste o no, esta es la institución que merece más apoyo y cuidado de todos. Ahora estamos en una campaña salvaje en la que todo vale para poner en duda a esa institución y a los árbitros. Se duda de todo, se manda al público un mensaje de que la competición está podrida, de que ya no confiamos en los árbitros y eso afecta a la reputación de nuestra Liga. Nos estamos dejando llevar por la corriente pesimista de que todo está mal. Una corriente interesada por gente que no ama el futbol, que solo lo utilizan para hacer ruido.

Me rio cuando leo en prensa y oigo en la radio que hay que acabar con los ultras, cuando algunos medio y algunos periodistas son más ultras y hacen más daño al futbol que los encapuchados que van a los estadios. Entre todos estamos llevando al fútbol español a un estercolero de complots, venganzas y manos negras. Cada uno es responsable del mensaje que está trasladando a la opinión pública. Y ahora me diréis que escribo esto por corporativismo. El que me conoce y me sigue sabe que si hay que criticar un arbitraje o una actuación de sus dirigentes, no me voy a esconder.

Desde aquí, mi máxima confianza en los dirigentes arbitrales y en el colectivo porque sé cómo trabajáis, porque sé de vuestra autocrítica y de vuestros esfuerzos para mejorar. Y ya sabéis que en esta profesión se rema a la contra. Ahora mismo hay que estar más unidos que nunca, orgullosos de lo que somos. Y al mundo del futbol simplemente decirle que no existe sin árbitros.

OPINIÓN

SANTIAGO SEGUROLA

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