El proyecto nacional que lideró y logró concretar en nuestra América, el Libertador Simón Bolívar, tuvo como antecedente la conquista y dominación española en esta parte del mundo, que llegó a conocerse como el virreinato de Nueva Granada, de la que dependía la Capitanía General de Venezuela. Y nuestros vecinos hermanos de nuestra América, además de nuestros indígenas y africanos traídos como esclavos -también víctimas del dominio español- se vieron en iguales circunstancias, lo que los llevó a emanciparse y luchar, en unos momentos, por separado, y en otros, junto a nosotros, los de este modesto lado de la América, por la libertad e independencia, es decir, por nuestra plena soberanía.

Sin embargo, el Libertador Simón Bolívar fue más allá. No se conformó con una libertad atomizada o de unos sí y otros no. Él y todos los libertadores en su momento, comprendieron la necesidad de la unidad de todos los Pueblos de Nuestra América.

Necesitábamos un proyecto de nación y de desarrollo para los siglos venideros, sobre todo, avizorando la amenaza que se cernía sobre nuestros pueblos ante el "Gigante de siete leguas", que ya andaba entrometiéndose y entorpeciendo nuestros proyectos libertarios y soberanos.

Pero, pudieron más las ambiciones personales, la ignorancia aprendida, la mezquindad y la corrupción, para acabar con todo lo alcanzado y condenarnos, nuevamente, a doscientos años más de esclavitud solapada, explotación, corrupción y entrega de soberanía a cuanto oportunista con espejitos se ha aparecido por estas tierras.

De la lucha libertaria de nuestros pueblos nacieron repúblicas y se maceraron naciones. Con la traición cayeron repúblicas y aun preservamos el sentido de nación, gracias a que ellas no están en manos de gobernantes tan mediocres, incultos, ávidos de riqueza personal y entreguistas, como los que hemos tenido -en su mayoría- en nuestros pueblos de la América Latina y Caribeña.

La nación es tal, cuando está en manos de los pueblos, cuando está en la conciencia popular, cuando es identidad. Esto ha sucedido luego de la traición de José Antonio Páez y Francisco de Paula Santander. Ellos se quedaron con sus repúblicas de dos hermosos nombres: Colombia y Venezuela.

Al pasar de los tiempos, gracias a todos los neogranadinos y de la Capitanía General de Venezuela, que lucharon con las tropas libertarias y fundaron esa gran nación, ella quedó en la conciencia popular a cada instante, hasta que volvamos a ser ese gran Proyecto Bolivariano.

Ahora bien, hay dos hechos emblemáticos que la historiografía oficial de estos últimos años ha soslayado, porque representan un peligro en unas voces, unas conciencias y muchas manos.

Estos son:

Con la crisis política, económica y social de la hoy Republica de Colombia del siglo XX y XXI, fueron muchos los colombianos o neogranadinos (por mejor decirlo, en términos afectivos, más que geográficos o históricos), los que emigraron a la Republica de Venezuela, hoy Republica Bolivariana de Venezuela, dejando un saldo de más de siete millones de colombianos establecidos en suelo venezolano, los que tuvieron que sortear la campaña internacional anticolombiana, a partir de los años sesenta, desplazados por las oligarquías colombianas gobernantes, los paracos o paramilitares y la guerrilla;

Producto del bloqueo económico internacional y las medidas de boicot contra Venezuela, más la corrupción y anarquía institucional, desde el año 2014, han emigrado, hasta a pie, más de diez millones de venezolanos y -curiosamente- sólo han sido bien recibidos por los argentinos (a pesar de ellos estar tan al Sur de nuestra América) y por los colombianos neogranadinos, en donde nuestros venezolanos se han sentido bien y han tenido que establecerse, además de que sucede que los venezolanos allá, en ese lado de la Nueva Granada, hoy República de Colombia, se sienten en su Patria, porque los mueve un mismo sentimiento de nación que nadie nos puede arrebatar.

Estos hechos materiales y concretos, han sucedido y están sucediendo, más allá de la propaganda oficial que busca dividirnos a los hijos de Colombia, la de los Libertadores, porque todos tenemos en nuestra conciencia el sentimiento y sentido bolivariano y latinoamericanista, lo que significa que por generaciones hemos insistido, desde abajo, desde el Pueblo mestizo, los que somos monos o catires, los negros descendientes del África libre, desde los palenques, los cimarrones, los criollos blancos, los wayuú y el resto de todos los indígenas de ambas repúblicas, sin que puedan acallarnos de ninguna manera, ni con la muerte porque con ella nos colectivizan aún más y nos perennizan en el tiempo, es decir, la muerte por la nación nos inmortaliza.

El caso es, que desde ya, podemos ir alcanzando algunos logros de dos repúblicas, una nación, más allá de cualquier diferencia circunstancial y/o política, con algunos acuerdos, entre los que podríamos considerar y hacer realidad, tales como éstos:

Homologación de títulos universitarios venezolanos en Colombia y viceversa, sin mayores trabas burocráticas (Ya el Presidente Gustavo Petro lo anunció; esperamos que del lado venezolano apliquemos el mismo principio de correspondencia y proporcionalidad);

Acuerdo y legislación de Iguales derechos e iguales condiciones laborales para venezolanos y colombianos;

Acuerdo y legislación de doble cedulación de " repúblicas, una sola nación", para neogranadinos y venezolanos;, lo que nos conferiría plenos derechos y deberes, en ambas repúblicas;

Acuerdo y legislación de apoyo mutuo incondicional ante cualquier agresión extranjera contra Colombia y/o Venezuela;

Acuerdo y legislación de Libre Comercio entre Colombia y Venezuela, sin tasas arancelarias de ningún tipo y con protección y privilegio de ambos gobiernos;

Acuerdo y legislación de unidad y desarrollo científico, humanístico, tecnológico y cultural, para todas las instituciones colombianas y venezolanas, hasta convertirlas en colombovenezolanas;

Fondo energético común entre Venezuela y Colombia y de apoyo incondicional, en; petróleo, gasolina, gas, electricidad, agua, carbón, hierro, plata, madera y minerales comunes o no comunes;

Acuerdo y legislación de protección y estímulo de las monedas nacionales, en iguales condiciones, por ejemplo, como hicieron con la dolarización en Venezuela;

Podemos afinar muchos "Acuerdos y legislaciones", en lo sucesivo. El Acuerdo, por el carácter inmediato entre presidentes y gobiernos, con la aplicabilidad inmediata en nuestros pueblos. Las legislaciones, porque permiten afinar, mejorar y perennizar en el tiempo, más allá de cualquier gobierno de turno.

A partir de estos avances y logros, podemos prepararnos generacionalmente, hasta alcanzar la Federación Colombiana de Repúblicas Bolivarianas, en donde nuestras repúblicas -hoy- atomizadas, seamos una, como corolario del Gran Proyecto Bolivariano de una sola Colombia.

QOSHE - Dos repúblicas, una nación: hacia la federación - Luis Alexander Pino Araque
menu_open
Columnists Actual . Favourites . Archive
We use cookies to provide some features and experiences in QOSHE

More information  .  Close
Aa Aa Aa
- A +

Dos repúblicas, una nación: hacia la federación

7 0
12.11.2023

El proyecto nacional que lideró y logró concretar en nuestra América, el Libertador Simón Bolívar, tuvo como antecedente la conquista y dominación española en esta parte del mundo, que llegó a conocerse como el virreinato de Nueva Granada, de la que dependía la Capitanía General de Venezuela. Y nuestros vecinos hermanos de nuestra América, además de nuestros indígenas y africanos traídos como esclavos -también víctimas del dominio español- se vieron en iguales circunstancias, lo que los llevó a emanciparse y luchar, en unos momentos, por separado, y en otros, junto a nosotros, los de este modesto lado de la América, por la libertad e independencia, es decir, por nuestra plena soberanía.

Sin embargo, el Libertador Simón Bolívar fue más allá. No se conformó con una libertad atomizada o de unos sí y otros no. Él y todos los libertadores en su momento, comprendieron la necesidad de la unidad de todos los Pueblos de Nuestra América.

Necesitábamos un proyecto de nación y de desarrollo para los siglos venideros, sobre todo, avizorando la amenaza que se cernía sobre nuestros pueblos ante el "Gigante de siete leguas", que ya andaba entrometiéndose y entorpeciendo nuestros proyectos libertarios y soberanos.

Pero, pudieron más las ambiciones personales, la ignorancia aprendida, la mezquindad y la corrupción, para acabar con todo lo alcanzado y condenarnos, nuevamente, a doscientos años más de esclavitud solapada, explotación, corrupción y entrega de soberanía a cuanto oportunista con espejitos se ha aparecido por estas tierras.

De la lucha libertaria de nuestros pueblos nacieron repúblicas y se maceraron naciones. Con la traición cayeron repúblicas y aun preservamos el sentido de nación, gracias a........

© Aporrea


Get it on Google Play