Hace unas semanas se hizo viral un texto, atribuido al periodista y profesor uruguayo Leonardo Haberkorn, en el que manifestaba agriamente su decisión de no seguir dando clases porque se cansó “de pelear contra los celulares, WhatsApp y Facebook”. Pensando que era una noticia reciente, muchos reenviaron el escrito a través de, precisamente, los canales amargamente criticados por el docente.

Bueno, resulta que el texto es de hace casi seis años (2018) y lo que realmente demuestra, como demostró entonces, es la total incapacidad del señor Haberkorn de entender la época que le ha tocado vivir y, por otra parte, la facilidad con la que muchas personas caen en el perverso juego político de las redes sociales.

Decimos “perverso juego”, pues también es evidente que la redifusión del texto lo que buscaba era reactivar el tema de la antigua y ya casi olvidada confrontación entre el gobierno venezolano y el secretario general de la Organización de Estados Americanos (OEA).

Para cualquier docente comprometido con el noble oficio de enseñar, lo menos que puede hacer (y sin embargo muchos lo hacen) es denigrar la naturaleza y el contexto histórico de los estudiantes, pues son ellos el objeto y propósito de nuestra labor.

A pesar de hacer algunas concesiones, como señalar que estos no tienen la culpa, Haberkorn atribuyó a los estudiantes incultura, desinterés, ajenidad y mediocridad porque su mayor consumo de información es a través de soportes digitales, desconociendo así erróneamente lo que Jesús Martín Barbero señalaría como una manera emergente de diseminación de los saberes y una nueva forma de ver y leer la realidad.

Si los docentes no somos capaces de comprender el complejo ecosistema de consumo e intercambio cultural de los jóvenes de hoy, no queda otro remedio que decir como Haberkorn en 2018: “Me ganaron. Me rindo”; así como sucumbieron doctos maestros de antiguas universidades cuando se negaron a enseñar en lengua romance porque había que hacerlo en latín. Es decir, fueron retrógrados y anacrónicos.

Hoy en día, si los docentes nos negamos a enseñar en los formatos y soportes discursivos que usan los estudiantes para la adquisición de sus saberes, seremos como esos antiguos doctos anacrónicos que rechazaron y desaprovecharon su realidad circundante y su compromiso histórico. Yo no me rindo, señor Haberkorn.

QOSHE - Yo no me rindo, Haberkorn - Antonio Núñez Aldazoro
menu_open
Columnists Actual . Favourites . Archive
We use cookies to provide some features and experiences in QOSHE

More information  .  Close
Aa Aa Aa
- A +

Yo no me rindo, Haberkorn

15 0
01.03.2024

Hace unas semanas se hizo viral un texto, atribuido al periodista y profesor uruguayo Leonardo Haberkorn, en el que manifestaba agriamente su decisión de no seguir dando clases porque se cansó “de pelear contra los celulares, WhatsApp y Facebook”. Pensando que era una noticia reciente, muchos reenviaron el escrito a través de, precisamente, los canales amargamente criticados por el docente.

Bueno, resulta que el texto es de hace casi seis años (2018) y lo que realmente demuestra, como demostró entonces, es la total incapacidad del señor Haberkorn de entender la época que le ha........

© Últimas Noticias


Get it on Google Play