Todo lo que está ocurriendo con el presidente de Guyana, Mohamed Irfaan Ali, nos lleva a pensar que este señor tiene negociaciones con las empresas petroleras, entre las que destaca la Exxon Mobil, por cuanto están recibiendo permiso para que exploten el preciado mineral existente en los casi 160.000 kilómetros que pertenecen a nuestra geografía desde que nacimos como Venezuela en el territorio de lo que fue la capitanía general que tuvo al frente a Luis de Unzaga y Amezaga desde el ocho de septiembre de 1777, hasta que finalizó la lucha independentista que duró 13 años.

En los señalamientos del primer mandatario nacional, Nicolás Maduro Moros, dirigidos al presidente guyanés, destacó que “Guyana se convierte en una amenaza para la estabilidad y el derecho internacional en toda la región del Caribe”. Recalcó que “el Gobierno de Guyana ha tomado el camino de la escalada belicista, de la provocación, de la ilegalidad”. Y concluyó esta parte de sus declaraciones, acusándolo de “provocar y ofender la dignidad de Venezuela”.

También se refirió a la “entrega de bloques en el mar no delimitado entre ambos países a empresas trasnacionales”. En el marco de la misma disputa con el presidente guyanés y su séquito, que no con su pueblo, la vicepresidenta ejecutiva, Delcy Rodríguez, en rueda de prensa del pasado 31, dio contundentes respuestas que determinan que nuestro Gobierno y el país en general, no estamos dispuestos a perder nuestro territorio. Esto dijo la vicepresidenta: Guyana presentó en la Secretaría de la Corte Internacional de Justicia una solicitud de indicación de medidas provisionales para pedir que Venezuela no proceda con el referendo consultivo como está planteado”. Y concluyó categóricamente: “lo que ha pedido Guyana es un exabrupto, pedirle a Venezuela que derogue su orden constitucional, lo cual no va a ocurrir”.

Eso que ocurrió. Si no fuera tan trágico, sería risible.

Para hoy siete de noviembre, faltan exactamente 26 días para que se abran las urnas, en las cuales diremos sí a las cinco preguntas formuladas por el importante cuestionario presentado por nuestro país en relación a las justas reclamaciones que venimos haciendo sobre el robo del Esequibo, concretado hace 124 años.

Por eso decimos categóricos: el Esequibo será estado de Venezuela.