El pasado 3 de diciembre, el pueblo venezolano en su totalidad, sin hacer caso de su militancia política, ratificó con su voto que el Esequibo es propiedad de Venezuela. Y ese día se cumplieron exactamente 34 años, de cuando ese mismo pueblo salió un tres de diciembre a depositar su voto en las que fueron las primeras elecciones para elegir a los gobernadores y alcaldes para el período 1990-1993. Fueron elecciones coincidentes en las fechas, aunque por motivos totalmente diferentes, pues, en aquellas de más de tres décadas privaron los criterios eminentemente políticos y en las de antier imperó el criterio nacionalista, patriótico, el color político fue obviado y se trató de la defensa de nuestros intereses de nacionalidad y defensa de la patria donde nacieron Miranda, Bolívar, Sucre, Zamora, Chávez y actualmente tenemos al frente al líder obrero Nicolás Maduro, quien ha sabido responder a los intereses nacionales.

Históricamente, tenemos que el 3 de diciembre de 1989 se efectuaron las primeras elecciones para gobernadores y alcaldes para un lapso de tres años y quienes resultaron ganadores no podían ser reelectos sino una sola vez. También se destaca que esas elecciones regionales estaban contempladas en la Constitución de 1961, pero hasta 1989 se habían efectuado únicamente para los concejos municipales en 1979 y 1984, por cuanto tanto gobernadores y alcaldes eran designados directamente por el Ejecutivo nacional.

Este esquema cambió cuando en 1984 Jaime Lusinchi decretó la creación de una Comisión Presidencial para la Reforma del Estado, que se sintetizó con el nombre de Copre, para hacer efectivo todo el ordenamiento jurídico de la Constitución que hasta entonces no se aplicaba. Esto fue precisamente en 1985 y como presidente de dicha comisión fue designado Ramón J Velásquez. En 1987 las decisiones de esa comisión para la descentralización territorial del país no fueron aceptadas por el gobierno y Acción Democrática, por lo cual surgió la iniciativa de retardar en el Congreso los mecanismos de elección para los estados y municipios. Así quedó establecido y en el 1989 Carlos Andrés Pérez recibió de Lusinchi el mando presidencial. Desde un principio CAP se opuso a las elecciones regionales y fueron los conflictos que tuvo que enfrentar, destacando el dramático Caracazo con sus cientos de víctimas mortales los que lo obligaron a su aceptación. Por esta razón fueron aprobadas las decisiones del Congreso, destinadas a los cambios en los sistemas de votaciones regionales.