Hace dos semanas una amiga fue arrollada por un motorizado que se dio a la fuga. Me cuenta que ella vio hacia arriba y hacia abajo – aún sabiendo que la calle tiene una sola dirección- cuando se aseguró que la vía estaba totalmente libre se dispuso a cruzarla y ¡zuas! fue atropellada: el motorizado se lanzó por detrás desde la vía contraria. “Ahora [me dijo] sufro el impacto psicológico, tengo miedo de salir a la calle, de manejar, me falta aire, se me corta la respiración”.

Quién puede dudar sobre el desorden, el caos y la angustia que generan los motorizados, son un problema de salud pública que se agudizó con la pandemia.

Se comienza a “calentar la calle” ya se ve en los vagones de las diferentes vías del Metro de Caracas las discusiones, las dramatizaciones planificadas, el “debate” con ataques al Gobierno, cualquier retraso de los trenes crea un ambiente propicio para inducir el caos.

A ello se le suma el transporte privado de “servicio” público que somete a la población y al propio Gobierno al chantaje, maltrato a los usuarios, a los viejos y por si fuera poco, dividen los trayectos para disfrazar el aumento, etc.

Por otro lado, nos encontramos con el sempiterno tema del caos de las estaciones de servicio de la gasolina subsidiada, problema al que el presidente Maduro le dedicó un espacio y giró instrucciones en su alocución anual en la Asamblea Nacional (enero 2024).
Las licorerías violentan todas las normas (abiertas los domingos), el desorden buhoneril tomó las ciudades con equipos de sonido, es que ni el Waraira Repano se escapa de la contaminación sónica.

Nos corresponde revisar desde la perspectiva de la metáfora, la alegoría de el “síndrome de la rana hervida” no solo estos señalamientos, hay que revisar toda las relaciones sociales públicas y privadas que resultan perjudiciales para la convivencia y el ejercicio rector de las leyes y que consciente o inconscientemente hemos venido aceptando en un nefasto proceso de adaptación de más de ocho años de “guerra híbrida,” tenemos que reaccionar ya, con cargas de profundidad política, con amplitud, estamos a tiempo porque de lo contrario nos puede conllevar a situaciones no deseadas.

En un mundo en el que se han invadido y se controlan las emociones esperamos que no descuidemos las leyes, la convivencia ni la lectura de la calle. “Si no se siente no se entiende”. Simón Rodríguez.

QOSHE - La rana hervida - Alfredo Clemente
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La rana hervida

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14.03.2024

Hace dos semanas una amiga fue arrollada por un motorizado que se dio a la fuga. Me cuenta que ella vio hacia arriba y hacia abajo – aún sabiendo que la calle tiene una sola dirección- cuando se aseguró que la vía estaba totalmente libre se dispuso a cruzarla y ¡zuas! fue atropellada: el motorizado se lanzó por detrás desde la vía contraria. “Ahora [me dijo] sufro el impacto psicológico, tengo miedo de salir a la calle, de manejar, me falta aire, se me corta la respiración”.

Quién puede dudar sobre el desorden, el caos y la angustia que generan los motorizados, son un problema de salud........

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