En un principio, la Guayana Esequiba fue controlada por los imperios español y holandés, que más tarde se lo cederían a los británicos. Formó parte de la Capitanía General de Venezuela, fundada en 1777, y luego fue integrada a la naciente República de Venezuela a partir del 5 de julio de 1811. El 13 de agosto de 1814 se firma el Tratado de Londres, que puso fin a las Guerras Napoleónicas. Holanda, derrotada, cede 20 mil millas cuadradas de sus posesiones al este del Esequibo. Esta extensión territorial comprende Demerara, Berbice y Esequibo.

El 20 de noviembre de 1817, Bolívar ordena, por decreto, la incorporación de una octava estrella en el pabellón nacional de Venezuela, que representaba a la recién liberada provincia de Guayana, amplio territorio conformado por los actuales estados Amazonas, Bolívar, Delta Amacuro y Guayana Esequiba, así como parte de Pacaraima y Pirara. El 17 de diciembre de 1819, Simón Bolívar crea la República de Colombia con la unión de Venezuela y la Nueva Granada. En 1821, el ministro Francisco Antonio Zea, en nota dirigida a Lord Castlereagh, primer ministro de Gran Bretaña, define los límites orientales de Colombia: “termina en el Esequibo, siendo la ribera izquierda de este río la frontera con la Guayana Holandesa”. Este mismo año protestamos por las continuas invasiones de colonos ingleses a nuestro territorio. Sobre esto Karl Marx publicó un artículo el 5 de noviembre de 1853 en The People’s Paper, donde señala: “Inglaterra, para cubrir el robo que había cometido a Holanda de sus colonias en el Cabo de Buena Esperanza, Demerara, Esequibo y Belice, se comprometió a pagar una cierta proporción”.

El ministro plenipotenciario en Londres, José R. Revenga, por instrucciones del Libertador, denuncia que “los colonos de Demerara y Berbice tienen usurpada una gran porción de tierra que según los últimos tratados entre España y Holanda, nos pertenece del lado oeste del río Esequibo. Es absolutamente indispensable que dichos colonos o se pongan bajo jurisdicción y obediencia de nuestras leyes, o se retiren a sus antiguas posesiones”.

Después de mutilada Colombia, los británicos designaron en 1840 al explorador Robert Schomburgk para que trazara los límites con Venezuela. Estas líneas eran cada vez más invasivas y pretendían llegar hasta Upata. En 1841, el presidente José Antonio Páez, ajeno a las lecciones antiimperialistas que dio el Libertador, no se le ocurrió otra cosa que llamar a Estados Unidos para que aplicara la Doctrina Monroe.